El Parlamento de La Rioja es un territorio donde el punto medio medio está proscrito. Todo bascula de la excelencia suprema a la mediocridad más absoluta sin transición, y el escalón que sigue al blanco siempre es indefectiblemente negro. Tanto se estira la grandilocuencia, tan extrema es la tendencia a la hipérbole, que sus señorías acaban traspasando todos los límites.
Ayer se elevó el listón a una altura olímpica. Para Pedro Sanz, el San Pedro es sin duda alguna “el mejor hospital de España”. Carlos Cuevas declaró su “rendida admiración” a la defensa de la sanidad riojana por parte de la Consejería. Zapatero pasará a la historia en la concepción popular como “el presidente que más daño ha hecho a este país en toda la historia” y, según Inmaculada Ortega, “el PP estaría mejor si nos educáramos con Franco que en democracia”.
También a veces el ditirambo se traslada al terreno personal. Y entonces la madeja se enreda sin remisión. La socialista Emilia Fernández, que confesó estar “bastante de acuerdo conmigo misma” sobre la necesidad de que el festival Actual se celebre cada año, tachó a Gonzalo Capellán de “parecer listo” por tirar más de retórica que de hechos. El consejero de Educación no reunció al halago pero le afeó el uso de la tautología, y seguramente por uno de esos lapsus linguae en los que acaba uno derrapando al flirtear con el barroquismo, concluyó: “No quiero hacer méritos conmigo mismo, porque no los necesito”. La modestia no estaba incluida en el orden del día.
Fotografía: Miguel Herreros
Nieto acude al atril del Parlamento ante la mirada de Gonzalo Capellán, el resto de consejeros y los diputados populares