Uno miraba a los compromisarios reunidos en el congreso para votar el futuro del PR y parecían los militantes de siempre. Unos de Villamediana, otros de Arnedo, algunos de Ezcaray, la mayoría de Logroño. Hasta Ángel Varea, desaparecido de la primera línea pública y diluido entre los militantes en las últimas filas de Riojafórum tenía el mismo bigote de siempre. Perno no. El exconcejal y todos congregados allí eran franceses. Así se lo hizo saber el reelegido presidente del ya definitivamente rebautizado UPR-Riojanos: “Todos los que estamos aquí dentro somos galos; los romanos están ahí fuera”.
Con su arenga, Miguel González de Legarra llamaba a la unión contra el PP (y el PSOE) que recoge el nombre del nuevo proyecto y que, finalmente, tampoco obtuvo la agria contestación que se preconizaba. La candidatura alternativa de Jesús Gil de Gómez se quedó con sólo 30 de los 165 votos emitidos, y la corriente interna se quedó en un pequeño hilillo de agua al que Legarra agradeció su arrojo. “Sé qué es difícil lo que habéis hecho (…) pero habéis ayudado a mejorar la democracia interna del partido”, afirmó mirando a los ojos del concejal arnedano, a quien brindó uno de los abrazos más estrechos de la jornada mirando de reojo a todas las cámaras que le apuntaban.
Un saludo casi tan caluroso como el que reservó a Julio Revuelta, el nuevo secretario general del partido y nuevo puntal del partido por mucho que Legarra insista en que el auténtico número 2 es ahora el histórico Enrique Acha, elevado a una vicepresidencia con galones. El exalcalde de Logroño subió al estrado entre aplausos. Quizás recordando sus tiempos de gloria, cuando Aznar y compañía levantaban su mano en señal de triunfo y las hordas del PP le aclamaban como líder de futuro. Tal vez fuera eso por lo que su fotografía frente a un logo que no sea azul aún chirriaba a los ojos de alguno, y en los oídos todavía costaba acomodar su encendido discurso contra el bipartidismo.
Revuelta fue casi más protagonista que el cambio de siglas, y Legarra empezó así a rentabilizarle como lo que ya anunció que será desde hoy: el ariete del Partido Riojano contra el Popular que vengue el camino inverso que tomaron antes desde José Luis Bermejo hasta Tomás López San Miguel. En la dirección de esa autopista razonó el antiguo confidente de Cuca Gamarra y compañero de mesa de Pedro Sanz: “Si hubiera ido de un partido pequeño a otro poderoso que te puede dar muchas cosas, a lo mejor podría hacer por un interés particular”. Y aún más. “Vengo a trabajar muchas horas sin cobrar nada a cambio”. Los galos han encontrado gratis un nuevo empleado.
Fotografía: Sonia Tercero