Allá por el año 1895, los hermanos Lumière, inventores del cinematógrafo, proyectaron la primera película de la historia: ‘Los trabajadores saliendo de la fábrica Lumière’, que seguramente habremos visto unas quinientas cincuenta y dos veces. Una joven secretaria francesa llamada Alice Guy acudió al estreno con su jefe. El único objetivo de este era sacar la máxima rentabilidad posible de aquel invento. Mientras tanto Alice, que había hecho teatro antes, tenía en mente el gran uso que se le podría dar para contar aventuras de ficción.
En la mayoría de libros sobre cine, se da por hecho que fue George Méliès quien dirigió por primera vez una película de ficción, pero no es cierto. La primera de esta categoría fue ‘La fée aux choux’ (El hada de los repollos) con una duración de un minuto. Cuando Méliès comenzaba su carrera, Alice hizo una adaptación de este cuento infantil con imágenes en movimiento y trucos visuales convirtiéndose en la más avanzada a sus tiempos.
La fée aux choux:
A principios del siglo XX viajó a nuestro país y grabó varias películas: ‘Viaje a España’ o ‘La malagueña y el torero’. Después se casó con un camarógrafo que más tarde también sería director y coproductor, Herbert Blaché, y se fueron a vivir a Estados Unidos. Allí Alice dirigió más de 1.000 cintas de todos los géneros. Por ejemplo, ‘Esmeralda’ fue la primera versión de ‘El jorobado de Notre Dame’ rodada en 1905. Un año más tarde, hizo ‘La vida de Cristo’, la primera superproducción cinematográfica. Estuvo más de 20 años trabajando, pero pocos han oído hablar de ella. Incluso creó su propia productora.
La invención de la exposición doble se le atribuye a Méliès, aunque en realidad fue Alice quien la introdujo antes en pantalla. Como se dice popularmente, unos crían la fama y otros cardan la lana… Fue precursora también del videoclip para los cantantes y añadió algo de color al blanco y negro. No solamente fue directora, también escribía y producía en una industria que ayudó a crear y que la dejó en el olvido.
A pesar de no ser reconocida por su labor en un mundo en el que parecía que el éxito solo le correspondía al hombre, vivía haciendo lo que le gustaba. Todo se truncó cuando su marido la dejó por una actriz. Alice se derrumbó y abandonó el cine, vendió la productora y regresó a su casa de Francia donde murió al lado de su hija. Una lástima que toda esa fuerza que había tenido para innovar se esfumara por un tipo que la dejó en el más absoluto cataclismo. No pudo ni reclamar la autoría de sus películas y además se encargaron de difundir que, simplemente, fue una más de las amantes de su jefe. Las inseguridades y miedos de algunos hacen que se inventen mentiras cuando ven peligrar su imagen y la única forma de sentirse bien con ellos mismos es intentar hundir a los demás con desprestigios y falsedades, como en este caso.
Hace poco pude ver un documental muy interesante sobre su vida, ‘La pionera’. Una vida en la que tuvo que enfrentarse a una serie de prejuicios que, por desgracia, hoy en día todavía existen. Aunque también hay quienes han evolucionado y han dejado atrás esas mentalidades arcaicas y ven más allá de un género. Ojalá que no hablemos más de machismo ni de feminismo, es cuestión de sentido común y de valorar a las personas por su trabajo.