Exclusividad rodeada de sabores de rioja, vino y aceite, para disfrutar del arte. Es el concepto con el que la Galería Martínez Glera sigue su camino en el mundo de las exposiciones desde hace unos meses.
Tomar una copa de vino y sentarse ante una pintura, una escultura… para disfrutarla casi sin darse cuenta, viviendo una mezcla de sentidos y sentimientos que conducen a apreciar los matices que ofrecen distintas bodegas en sus caldos y los que cada artista ha volcado en la obra que muestra la galería.
Un placer multiplicado, en un ambiente distendido, en el que sólo se pretende dejar volar la mirada y la curiosidad. Hasta el día 5 de abril, las artistas Iranzu Urra, Beatriz Carbonell y Bibiana Martínez son quienes ocupan suelos, paredes y bancos de este espacio.
Sus esculturas, colocadas con delicadeza en la sala, acompañan a aquellos pequeños grupos (nunca más de 18 personas) que acuden a Martínez Glera a catar, o simplemente probar, alguna de las joyas de la tierra.
Materiales blancos, que no interfieren en el verdadero valor de las composiciones escultóricas, invitan a la tranquilidad de realidades que quizá conocemos y que parecen reinventadas. La fuerza de la unión en Órbita, de Bibiana Martínez; los recuerdos casi marinos a los que nos lleva la delicadeza del papel porcelana de las obras de Iranzu Urra o el peso que transmite Beatriz Carbonell con figuras de pequeño tamaño como Con la casa a cuestas, hacen fijar la mirada para volver a repasar los detalles de lo visto por primera vez.
Este domingo, día 30 de marzo, esta muestra acompañará a quienes disfruten del taller Cosméticos Derivados del Vino y del Aceite, que desarrollará la empresa Matarrania. “Es cosmética ecológica bio”, explica Martínez Glera, que invita a la participación. Este es el último acto antes de que termine un mes que el arte en La Rioja ha dedicado a la Mujer, dentro del programa Miradas de Mujeres.
Vivir el maridaje
“El nuevo concepto de la sala nace de la idea de que la gente pueda estar delante de una obra de forma relajada, con una copa en la mano, que deje surgir su interés sobre lo que ve y disfrute del maridaje de vino, aceite y arte”, explica Enrique Martínez Glera, que ha querido dar un paso con este proyecto hacia la exclusividad.
Por exclusividad se entiende que, como aclara el galerista, quien quiera visitar la primera planta en la que se muestra la exposición puede hacerlo con total libertad, pero ahora este espacio también piensa en quien quiere pasar un tiempo rodeado de arte mientras disfruta de una cata, un taller o cualquiera de las numerosas actividades que irán organizando y que siempre tendrán un aforo reducido, para que el número de personas no choque con el objetivo de esta iniciativa que nació a principios de año.
También quien lo desee puede pasear por la planta baja para conocer los aceites y sus productos relacionados, marcas acogidas a la Denominación de Origen Protegida Aceite de La Rioja. Así como adquirir los vinos de Abel Mendoza, Dinastía Vivanco, Gómez Cruzado, La Rioja Alta, Eguren, Miguel Merino, Remírez de Ganuza, Roda, Valenciso y Loli Casado, que este mes ha sido la bodega invitada, porque como confiesa Martínez Glera: “Siempre me gusta tener algo especial”.