¡Macarra! Sí, tú. Que entras en mi patio para jugar al deporte que adoro y mancillas las normas que defiende, aprovechándote de unos niños de ocho años como un vulgar abusón del cole, desde tu mayoría de edad y tus casi dos metros. ¡Macarra! Sí, tú. Que tiras su balón pero no ocultas tu cobardía […]