Ojalá el Campus Promete siguiera en la Liga Femenina.
Ojalá regrese pronto.
Ojalá el Clavijo se hubiera mantenido en la LEB Oro.
Ojalá no suponga algo más dramático que un paso atrás.
Ojalá hubiera servido como merecía el trabajo de Raspu y sus chicas en la LF2 y valiera más allá del orgullo propio.
Ojalá pronto haya un equipo riojano (en fondo y forma) en EBA (en Logroño o/y en otras localidades riojanas que lo merecen).
Ojalá hubiera una liga femenina sénior.
Ojalá aquellos que dicen ser clubes de cantera se preocupen más por los niños y menos por los resultados.
Ojalá no creemos exjugadores de 18 años y formemos a gente que siga disfrutando de jugar a edades impropias (como muchos héroes en la liga Municipal).
Ojalá se apueste más por los valores del jugador y el valor del jugador se quede en un segundo plano.
Ojalá podamos saber cómo seguir transmitiendo a los más pequeños los valores de este deporte.
Ojalá consiga que alguien me explique y pueda llegar a entender el asunto de la detección de talentos.
Ojalá los padres llevemos más a nuestros hijos a ver a los Gasol y veamos menos a los Gasol en nuestros hijos.
Ojalá pensemos en nuestros niños y menos en nuestros jugadores.
Ojalá todos defendamos y valoremos el esfuerzo y sacrificio de entrenadores y árbitros.
Ojalá nunca se perdiera la inocencia, la ilusión y la nobleza de los más pequeños.
Ojalá el baloncesto no llegue a ‘futbolizarse’ de manera irreversible.
Ojalá veamos al jugador como lo que puede ser y no como lo que es.
Ojalá recordemos siempre que en el baloncesto el equipo es la medida de todo.
Ojalá nos convenzamos que a los triunfos no siempre se llega a través de las victorias.
Ojalá los entrenadores escuchemos más a los jugadores, hagamos (y nos hagamos) las preguntas adecuadas y valoremos sus respuestas.
Ojalá no dejemos que el baloncesto se convierta en una actividad extraescolar o en una guardería.
Ojalá nos dedicáramos menos a criticar y más a aportar, menos a separar y más a integrar.
Ojalá nos alegráramos de los éxitos ajenos y nos dolieran los males de los rivales.
Ojalá las buenas ideas y los buenos proyectos que se están gestando en el baloncesto riojano se conviertan en realidades en un futuro cercano.
Ojalá el baloncesto riojano fuera menos cainita y fuéramos muchos y bien avenidos.
Ojalá no nos olvidemos nunca de que el baloncesto es un juego… el más maravilloso de los juegos.