>

Blogs

Fernando Sáez Aldana

El bisturí

Símbolos

El espectáculo impresiona de veras. Tras un emocionante silencio mientras el himno nacional resuena en los corazones y agarrota las gargantas, millares de banderas ondean en un agitado mar rojigualda cuyos inflamados enarboladores rugen hasta enronquecer: «¿España, España, España!». Qué creen que estoy describiendo: ¿Una manifestación de fascistas? ¿Una demostración de franquismo «puro y duro»? ¿Una incitación a otra guerra civil? Pues no, es el preludio habitual de un partido de la selección española de fútbol. Sin duda entre los enfervorizados abanderados que abarrotan las gradas se encuentran militantes, votantes o simpatizantes populares, socialistas, comunistas, regionalistas y hasta republicanos. El estadio es el único lugar público donde el culto a la nación española está permitido. El único espacio abierto donde un español puede manifestar libremente su fervor patriótico sin ser acusado de reaccionario nostálgico de la dictadura. Ya puedes pintarte con los colores nacionales hasta el pito que a nadie se le ocurrirá insultarte por ello llamándote facha o franquista, ya que sólo un verdadero español haría eso por animar a la selección nacional. Así que el señor Manolo el del bombo, verbigracia, resulta que no es un agitador ultra sino el infatigable embajador de nuestra más acendrada españolidad. Ahora bien, si una masa semejante de personas se reúne para protestar por la política antiterrorista del gobierno o por lo que les salga del eslogan mientras la convocatoria sea legal y el acto transcurra en orden, ¿amigo!, la cosa cambia. Entonces se trata de nostálgicos de la dictadura, de incitadores a la sedición contra el gobierno, de despreciables fachas levantando un «vendaval antidemocrático» con que flamear la bandera usurpada y propagar los sones de un himno nacional indebidamente apropiado. O sea que si usted se envuelve en una bandera de España para acudir a un encuentro deportivo es un respetable ciudadano exhibiendo orgullosamente un símbolo de su patria pero si lo hace para censurar al gobierno es un peligroso ultraderechista. De modo que quien sienta devoción hacia España no puede manifestarla defendiéndola de sus verdaderos enemigos (que son otros nacionalistas y los terroristas y no sus víctimas ni las fuerzas democráticas) sino animando a un equipo de balompié, baloncesto o balonmano. Parece que el concepto de España ha ido degenerando hasta quedar reducido a una selección de mantas millonarios incapaces de introducir el balón en la portería contraria. Quizás el auténtico símbolo de este país no sea su himno o su bandera sino ese sempiterno partido decisivo que nunca se gana.

Temas

Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.


abril 2007
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30