Ya sabrán que está de moda apadrinar vocablos tan en desuso como ZANGOLOTINO, SINARSE o BANASTA, pero es el abandono de otras palabras nada rebuscadas lo que debiera preocupar a la «sociedad española» (antes el PUEBLO). NO, por ejemplo, es un monosílabo que los padres de antaño utilizaban como respuesta a las exigencias y caprichos de sus niñitos. USTED servía para dirigirse a un adulto desconocido (hoy se prefiere «tú», «oyes» o «eh»). GRACIAS, a su vez, se pronunciaba para recibir cortésmente lo que con educación solía pedirse POR FAVOR. PERDÓN o DISCULPE, en fin, era el modo amable de reparar una molestia involuntariamente ocasionada; TOMA y DIME han ido perdiendo su uso a favor de «dame» y «escucha». A la pregunta del médico: «¿cómo se encuentra hoy»? ya nadie responde MEJOR sino «bueno», «vaya» o «a peor no vamos». RECONOCEMOS es un término desaparecido del lenguaje político a favor de «denunciamos», igual que IGUALITARISMO (hoy confundido con «igualdad»), FÁBRICAS («tejido industrial»), CASCAR o SACUDIR (ejercer «violencia doméstica» o «de género») y BURGUÉS («ciudadano de la clase media acomodado que practica cierto conformismo social»), que se usaba como insulto cuando aún había quien no lo fuera. COMPAÑERO es una hermosa palabra que designaba al actual rival del propio equipo y la desaparición del AMIGO (esa persona a quien puedes despertar de madrugada para pedirle dinero sabiendo que será lo primero que haga al levantarse) ha dado paso al «amiguete». Un BORRACHO es un individuo con «problemas con el alcohol», el GORDO es el individuo «con sobrepeso» («fuerte» en Rioja), la FEA es «poco agraciada físicamente», el ANCIANO «mayor», el ENFERMO «delicado de salud», la FURCIA «trabajadora sexual» (que se anuncia en las páginas de «contactos», antes PUTERÍO), y MAULA es ese tipo «con muchos problemas» debido a los cuales no la hinca. El escolar VAGO es el que «necesita mejorar» para no acumular tantos «insuficientes», que no SUSPENSOS. Ya no hay POBRES sino «menos favorecidos» que no necesitan LIMOSNA sino «ayuda humanitaria». Tampoco existen ya SUBURBIOS sino «zonas residenciales», nada BARATO sino «económico» ni nadie BUENO sino «tonto», ABURRIDO sino «desmotivado» o PUEBLERINO sino «nacionalista». Parece que lo que está en desuso y Yuso es llamar a las cosas por su verdadero nombre. Y, desde luego, la CORTESÍA. La URBANIDAD. La EDUCACIÓN, vamos.