>

Blogs

Fernando Sáez Aldana

El bisturí

El timo del iPhone mojado

El enfado por el abuso sufrido, unido a la indefensión como usuario ante empresas tan poderosas como Telefónica, me mueve a denunciar aquí mi caso, más como aviso a los clientes de Movistar en general y a los propietarios de un iPhone en particular, que por la satisfacción de publicar mi pataleta. Hace poco el iPhone de mi hijo dejó de funcionar correctamente y el servicio técnico dictaminó que le había entrado líquido al aparato, “mal uso” que no cubría la garantía. Descartadas sumersiones y mojaduras, aseguraron que bastaba con exponerlo al vapor de la ducha, y como el hijo reconoció que a veces lo usaba para oír música en el baño, a pagar sin rechistar. (Consejo: si viajan a un país tropical o mismamente a Londres en invierno, protejan su delicado iPhone de la elevada humedad relativa con una bolsa de plástico). Semanas después fue mi iPhone el que se bloqueó como en modo silencio, o sea que funcionaba pero sin oírse nada. Al cabo de dos semanas de investigación, el servicio de reparaciones alcanzó el mismo diagnóstico: entrada de líquido, avería sin garantía cuya reparación me costaría 220 euros. Tan seguro estaba de no haberlo expuesto ni al vapor de una olla que esta vez me negué a tragar y emprendí una heroica cruzada telefónica contra un regimiento de movisteros parapetados tras contestadores automáticos y musiquitas de espera que a los veinte minutos te pasan con otro departamento. Insistí tanto que al tercer día de batalla acabaron poniéndome con alguien capacitado para tomar decisiones, quien, tras recordarle que mantengo varias líneas de teléfono con esa compañía, concedió entregarme un teléfono nuevo a cambio de prorrogar otros dos años el compromiso de permanencia, previa cancelación anticipada del vigente, con un coste de 33 euros. Comprendí que no conseguiría más sin declarar la guerra total y acabé aceptando. Pero ahora viene lo bueno. Cuando reclamé y me devolvieron el teléfono presuntamente “dañado por líquido, químicos húmedos o secos, polvo o tierra”, mi hija (de 15 años, que se pirraba por un iPhone), me pidió quedárselo y, aunque no habría de servirle de mucho, se lo di. Inmediatamente lo conectó al ordenador y tras enredar un rato, no me digan cómo, el aparato volvía a funcionar perfectamente, para su alegría y mi indignación como víctima de la sinvergonzonería sin escrúpulos de una empresa que gasta cada año 75 millones de euros en publicidad para captar clientes a los que estafar con prácticas comerciales tan perversas como la que les acabo de contar. El país del tocomocho, el nazareno y la estampita se moderniza con nuevos timos como el del iPhone mojado. En esto nunca dejaremos de progresar.

Temas

Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.


agosto 2010
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
3031