Los colegas “calumnistas” que publican regularmente sus ocurrencias y opiniones en este diario estarán conmigo en que no es tarea fácil. Al menos en mi experiencia, concebir una idea, fundirla en el crisol del lenguaje, forjarla con la escritura y pulirla finalmente con interminables correcciones hasta proporcionar a la columna el brillo, la lisura y, en el caso de un bisturí, el filo necesario, es una labor de muchas horas robadas a la familia y al sueño. El caso es que ésta es la tricentésima entrega de El bisturí y no quiero ni pensar en las que servidor lleva metidas para cultivar esta parcela del periódico todos los jueves desde hace ya seis años sin interrupción. Y, antes de emprender la primera de las siguientes trescientas, permítanme sentarme un ratito en tan destacado mojón, para tomar aliento y por dos cosas más: la primera, dar las gracias tanto a esta casa por su confianza como a quienes me honran con su lectura. Y la segunda, pedir disculpas a quienes hayan podido sentirse ofendidos o simplemente molestos por alguno de mis escritos. Me refiero sobre todo a pipadictos, sindicalistas, doblefílicos, creyentes en Dios, el cambio climático o la vida sana, chicleros, municipales y guardias de Tráfico, chunchuneros, machotes y hembristas, palilleros, pringaos, politicastros, funcionarios desayunando, Gorgorito, preventivistas, etarras y averdechales, abortistas, estúpidos pluscuamperfectos, Excmo. Ayuntamiento de Logroño, magistrados, Movistar, futboleros, OMS, moviladictos, fumadores, nacionalistas, pronunciadores de la “r” chinchineante, verbeneros, racistas, jóvenes descerebrados, catalufos, tosedores de concierto, rojillos, chupinaceros, recogefirmas, taurófilos, igualitarios, paseadores de perros meocagones, gobernantes incompetentes, Farmaindustria, papa Wojtyla, Consejería de Salud, campeones de rotonding y pasocebring, homos sanus, impatiens y pantalonetans, don José Luis Rodríguez Zapatero y gobierno, picaos, PPOE, xenófobos, Makoki Sinfonietta, constructores de vicios ocultos, empuercadores de la vía pública, gayorgullosos, recolectores de firmas, republicanos, cobradores de agua a precio de vino, riojanos de pura cepa, afectados de memoria histérica, comunidades de propietarios, piquetes informativos, chuparrevistas, devotos de San Mateo, mariposones de Monte Chorvo, políticamente correctos, integristas moros y cristianos, partidarios de la pena de muerte, taberneros de aseo inmundo, incompetentes inconscientes, degustadores, adoradores de la Roja, enfermos imaginarios y tantos otros que no cogen en tan poco espacio. A todos les pido perdón pero les aviso también de que si diario LA RIOJA y la salud me lo permiten seguirán siendo, ni lo duden, inagotable fuente de inspiración para este su calumnista.