La peste inglesa
Iba a decir que no me gusta el futbol, pero pecaría de insincera moderación porque en realidad lo aborrezco. Decirlo en medio de este exceso merengueculé que mantiene embobado a medio país parecerá una provocación, pero es precisamente la anómala elevación de la fiebre futbolera que está enardeciendo los dos dedos de la frente nacional […]