Sonrojo y éxtasis
Aborrezco el fútbol desde que tengo memoria. A mi congénita incapacidad para conducir una pelota con los pies sin que te la arrebaten se añade la aversión adquirida en el internado donde era alineado a la fuerza como defensa con la misión de cortarles el paso a los de enfrente del modo que fuera. Como […]