Frente al espejo
En los últimos treinta y cinco años he suscrito cuatro préstamos hipotecarios y en ninguno, que recuerde, fui secuestrado a punta de pistola por un comando bancario compinchado con agentes de la propiedad inmobiliaria que me arrastraron hasta una notaría para obligarme a firmar un contrato leonino bajo amenaza de apretar el gatillo. Fui yo […]