La fiesta es lo primero
Una de las obsesiones de nuestro paternalista Estado es que sus súbditos no se lesionen o enfermen. En su afán hiperprotector, las autoridades decretan leyes que limitan la libertad individual y castigan a esos ciudadanos incapaces de cuidarse por sí mismos que no se sometan a la imposición de medidas tan filantrópicas como el cinturón […]