«La política es el arte de lo posible» es una célebre definición de incierta autoría, pero hay otras menos amables: el arte de «servirse de las personas haciendo creer que se les sirve» (Dumur), «comprometer a la gente a decidir sobre lo que no entiende y evitar que se preocupe de lo que le atañe» (Valery), «disfrazar de interés general el particular» (Thiaudiere), «obtener el dinero de los ricos y el voto de los pobres con el pretexto de proteger a los unos de los otros» (desconocido), «la guerra es el arte de destruir a los hombres; la política, de engañarlos» (d’Alembert)…
En un año plagado de citas electorales cobran actualidad frases memorables sobre política y políticos marcadas por un humor corrosivo y demoledor, la mayoría dichas hace un siglo en países de larga tradición democrática.
Para el cáustico Ambrose Bierce, política es «lucha de intereses disfrazada de duelo de principios» y «dirección de los asuntos públicos con vistas a obtener beneficios privados» y alianza «unión de dos ladrones con las manos tan metidas en el bolsillo del otro que no pueden robar a un tercero por separado».
G.K. Chesterton nos dejó estas perlas: «Los hombres son gobernados por mentirosos que les niegan información y por necios incapaces de gobernar». «Un político en la oposición es un experto en los medios para alcanzar un fin y un político en el poder es un experto en los obstáculos que lo impiden». «La piedad es una de las virtudes populares, mientras que el jabón y el socialismo son dos aficiones de la clase media alta». «Un conservador es alguien que quiere conservar su dinero».
Bernard Shaw: «Un gobierno que roba a Peter para darle a Paul siempre podrá confiar en el apoyo de Paul». «La democracia sustituye el nombramiento por unos pocos corruptos por la elección por muchos incompetentes». «La democracia es un sistema que asegura que la gente no esté gobernada mejor de lo que merece».
«No hay peores tiranos que los esclavos ni hombres más soberbios que los salidos de la nada» (Lamartine).
«Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos, por hacer imposible lo posible» (B. Russell).
«El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan» (Toynbee).
«El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente» (Lord Acton).
Me quedo con ésta: “Para saber cómo es realmente la especie humana sólo hay que observarla en tiempo de elecciones” (Mark Twain). Y la española, añado, en tiempo de pactos, cuando las sedes de los partidos se convierten en casas de citas donde extraños compañeros de cama persiguen el placer de mangonear mediante contactos promiscuos, embarazosos himeneos por conveniencia e impúdicos ménages à trois.