>

Blogs

Fernando Sáez Aldana

El bisturí

Morir con la bata puesta

 

En memoria del doctor Javier Narro

El documento «Panorama de la Salud 2015» publicado por la OCDE, el «club de los países ricos», corrobora dos datos bien conocidos. El primero, que España es tras Japón el segundo país del mundo en esperanza de vida (83,2 años), lo cual sólo es posible con un sistema sanitario de primer orden. El español lo es sin duda, gracias sobre todo a una excelente sanidad pública universal y «gratuita» que entrecomillo porque, aunque no desembolsemos un céntimo por la urgencia, la consulta, el ingreso, la resonancia o la operación, mantener todo esto cuesta miles de millones que pagamos los contribuyentes.

El segundo dato es que, como recompensa a su primordial contribución al envidiable nivel de la salud nacional, los salarios de los médicos españoles están por debajo de la media de los países europeos desarrollados.

Para la Organización Médica Colegial española, las retribuciones de los médicos son comparativamente más bajas que la de otros empleados públicos con menor período de formación, responsabilidad, estrés y disponibilidad horaria como docentes, fiscales, jueces o inspectores de hacienda, entre otros. Además, estima en más de 11.000 euros al año los recortes directos de los salarios médicos desde 2009, que han supuesto pérdidas de poder adquisitivo entre el 20% y el 30%. En la España de la Plurinacionalidad, en fin, hay diferencias salariales de médicos de Familia entre comunidades autónomas de hasta 2.200 € mensuales.

Sin embargo, los niveles de satisfacción de los usuarios con la Atención Primaria en España son altos y La Rioja se sitúa en cabeza con un 89,5% que la consideran buena o muy buena, lo cual, con los seis minutos de que disponen los médicos de cabecera por paciente raya en el milagro. Y este milagro se obra a diario gracias a la entrega profesional de un personal sanitario del que hoy quiero destacar la figura del médico, el motor de la Sanidad, sí, pero casi siempre obligado a funcionar pasado de revoluciones, abrumado por la enorme responsabilidad que imponen la agobiante presión asistencial y la necesidad constante de ponerse al día en un ambiente laboral enrarecido y desincentivado.

En esta sociedad tan prosaica, la muerte súbita de un médico en su consulta, más que un cruel sarcasmo del destino, se me antoja el final más noble imaginable para la vida de un médico, dotado de la trágica grandeza del héroe cotidiano que sacrifica su vida por la salud de los demás desatendiendo la suya y agotando su vida laboral para acabar sucumbiendo con la bata puesta a meses del anhelado retiro.

Amigo Javier, aunque no sea el descanso que merecías, descansa en paz, compañero. La verdadera muerte es el olvido y quienes te apreciamos nunca te olvidaremos.

Temas

Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.


febrero 2016
MTWTFSS
1234567
891011121314
15161718192021
22232425262728
29