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Fernando Sáez Aldana

El bisturí

Quo vadis, Petronio?

Péplum ganador de tres Premios Razzie (anti-Oscar): peor vestuario, histrión menos creíble y mejor manipulación histórica.

Siglo I después del XX d.C. Tras la abrupta deposición del prefecto Abulio Mariano Léntulo y el destierro de los suyos por la corruptio punica, el ambicioso Petronio Sectarius Fatuo detenta el poder en la provincia romana de Hispania con el apoyo de republicanos y de las tribus bárbaras del Norte en permanente rebeldía contra la Legión CLV del Imperio, desplegada en la Torraconense.

Arrogante y endiosado, Petronio gobierna por decreto pero para cubrir las apariencias de legitimidad convoca comicios a la institución presuntamente depositaria de la soberanía del populacho, el Senado. Varias facciones se disputan los scamnum enzarzados en una porcus bellus (guerra sucia):

 

I. Los adláteres de Petronio, bajo las históricas siglas PSQR (Petronio Sectarius Quidam Resistere), utilizan el poder en su beneficio electoral con toda su duram facies.

II. El abrasado y otrora hegemónico Popularis Progressio (PP) intenta resucitar de sus cenizas cual Fénix, capitaneado por el joven sucesor de Abulio, Paulus Pijus Uxorato.

III. Cives (Cs), el «partido de los homines honestus», cuyo jefe Tibio Veleto se ha convertido  a la secta liberal en las catacumbas del centro.

IV. La demagógica Simula Possumus («unidas les podemos»), del histrionis (actor) Gayo Publio Farsalio, promete panem et circenses gratis omnibus crucificando a impuestos a los «casoploni» (ricos moradores de lujosas villas en las afueras de Roma).

V. Autoproclamado portavoz del pueblo (Vox populi)el provocator (gladiador que iniciaba los combates) Iacobus defiende con vehemencia las seculares potestas auctorictas romanas.

VI. Más un tumulus («montón») de grupúsculos republicanos y aborígenes (guanches, astures, vascones, layetanos, vacceos, pelendones, calagurritanos…) unidos por su odio a lo hispanorromano y por la búsqueda de privilegios para sus territorios apoyando a la minoría mejor pagadora del Senado. Los comicios otorgan una pírrica victoria al bloque siniestro que apoya a Petronio (PSQR, Possumus y las hordas antihispanas) sobre el diestro que pretende derrocarlo (PP, Cs y Voxpopuli).

En los idus (días centrales) de mayo los supersticiosos romanos celebran rituales para espantar los espíritus malignos y vengativos. Desoyendo las advertencias de su fiel augur Tezanus, Petronio decide cantarle las XL al Senado por criticar su ridiculum vitae pero en la escalinata cae apuñalado por senadores embozados en sus túnicas. Cree que sus verdugos son los diestros Iacobus, Pijus y Tibio Veleto pero entre el circulus subalterni (rueda de peones) que lo humilla, el viejo Isidorus se descubre y con su acento hispalense le increpa: «ónde creeh que vah[1], quiyo» mientras lo descabella. Petronio muere exclamando: Tu quoque pater meus! mientras en el templo la vestal Susana atiza el fuego sagrado con su ínfula.

[1]Ande chorra vas, en berón (N. del T.)

 

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Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.