Al centro. Carbón para compartir.

El 10 de noviembre los españoles depositamos en las urnas nuestras cartas a los Reyes Magos y hemos debido de portarnos tan mal que nos van a traer un gobierno de carbón integrado por sanchistas, populistas y comunistas apoyado por separatistas, golpistas convictos y prófugos, terroristas y tontos útiles. No sabemos cómo acabará pero desde luego carece de principios.

Primero. El objetivo es derrocar la España del 78.

No confundirse: las descalificaciones a Felipe VI escupidas por los partidos de la periferia nacionalista no atacan a la figura del Rey sino al Estado cuya jefatura ostenta. No son antimonárquicos sino antiespañoles, y si este año se proclamara la III República —no lo descarten—, el próximo 25 de diciembre la morralla separatista arremetería igual contra el discurso del Presidente si defendiera la unidad de España consagrada por la Constitución  de 1978 (cosa harto dudosa si hubiera sido elegido con los votos de las izquierdas). Por eso quienes no estamos dispuestos a permitir el desmantelamiento de la única Nación que existe entre Portugal y los Pirineos debemos defender la Corona como la institución que garantiza su supervivencia. Felipe VI es cien veces preferible a cualquier político sectario como Jefe de Estado de un país tan cainita y autodestructivo como el nuestro.

Segundo. Predican pero dan humo.

Del Labrador a Las Gaunas hay 20 minutos andando, así que parece innecesaria una lanzadera de autobuses que en todo caso sólo les vendrá bien a quienes vivan junto al monumento. Logroño es una ciudad llana, ideal para pasear, pero se coge el coche para todo y cada vez se ve más gente —joven, para más inri— desplazándose en patinetes eléctricos. Predicar la lucha contra el cambio climático está muy bien pero no encaja con cubrir en vehículos contaminantes trayectos perfectamente transitables en el coche de San Fernando en una mañana soleada para ver a tres señores disfrazados de monarcas medievales aterrizando en enormes helicópteros que bien podrían llegar andando, pedaleando, montados en pollinos o surcando la Guillerma en catamarán. ¿Cómo podremos dormir tranquilos sabiendo que después de haberle robado la infancia a la pobre Greta le estamos secuestrando su adolescencia?

Postre. Comerse un rosco.

Si estas Navidades todavía no se han jalado un rosco aún están a tiempo de conseguirlo hasta el próximo lunes de Reyes. Y si ya han pulido la extra recuerden que la mejor calidad-precio la ofrece el roscón casero de nata. Caso de montarla en casa no olviden introducir el haba y si es usted republicano procure que no le toque o lo coronarán como rey y además tontolaba (que este es el origen de la palabra).