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Fernando Sáez Aldana

El bisturí

Represión sanitaria

Antes de juzgar extemporáneo el título de esta columna, lea usted estos titulares extraídos de ruedas de prensa del Mando Único durante la Fase -1:

«La Policía y los Tedax intervienen ante el intento de huida de un enfermo del Hospital San Pedro». «Hasta el lugar se han desplazado varios agentes y dos de ellos han logrado reducir al hombre para ser ingresado en el hospital». ¡Machotes!

«Una mujer con coronavirus se escapa (de un Centro de Salud de Calahorra) para tomar un café». La mujer, «previsiblemente contagiada», abandonó el centro «sin autorización de ningún personal sanitario». «La fugada fue localizada por la Guardia Civil y trasladada al Centro». ¿Desde cuándo se ingresa en centros de salud?

«Espectacular persecución policial en un hospital malagueño para reducir a un sospechoso de coronavirus». Agentes de la Unidad de Prevención y Reacción, «protegidos con un escudo y pertrechados con EPI, entraron en formación para irrumpir de forma sorpresiva en la habitación». Ni los hombres de Harrelson.

«La Policía atrapa a pacientes con coronavirus huidos de los hospitales de Benidorm y Leganés», entre ellos «un octogenario en un taxi». Lúcido, el hombre.

«Un juez de Palencia ordena el ingreso forzoso de un varón con coronavirus que exigía el alta hospitalaria»…

¿No cree que reducir, escapa, sospechoso, huida, atrapa o ingreso forzoso son más términos de cazar malhechores o terroristas que de atención sanitaria? Ninguno de esos «fugados» de la cárcel hospitalaria estaría intubado en Intensivos, igual ni presentaban síntomas o serían leves y entonces estaban mejor en su casa que en el mayor foco infeccioso de la epidemia, el hospital.

Aquí enchironaron a un recalcitrante transgresor del confinamiento de 40 años y padre de tres hijos al que debía sentarle tan mal la reclusión que se ahorcó en la celda. ¿Que además llevaba droga en los calcetines? ¿Y? ¿Que es una sustancia peligrosa para la salud? Ya, ¿y el tabaco? 55.000 muertos en España cada año. ¿Que cómo un Estado tan paternalista que persigue a evadidos de centros sanitarios no prohíbe fumar? Pues mire, porque el Código Penal considera delincuente contra la salud pública a quien «sin hallarse debidamente autorizado elabore sustancias nocivas para la salud o los despache, suministre, o comercie con ellos». ¿Se entera? No es insalubre lo que pruebe la ciencia médica sino lo que legislen los políticos y apliquen los jueces. Si aquel desdichado hubiese alegado las dieciséis veces que salía al estanco igual seguiría vivo, porque si te pillan con un sobrecito en cada calcetín te la cargas, pero con un cartón en cada mano no te pasará nada mientras lleves mascarilla. Quizá lleve usted razón y represión no sea la palabra. Prevaricación sanitaria es más adecuada.

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Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.