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Fernando Sáez Aldana

El bisturí

La falacia autonómica

Uno de los sofismas más firmemente asentados en la práctica médica asistencial es lo que podríamos llamar la falacia terapéutica, que consiste en lo siguiente: si a un paciente que sufre determinada enfermedad le aplicamos un tratamiento y mejora, es obvio que dicha terapia causó la mejoría. Naturalmente, pensarán ustedes, pero esto no necesariamente es así, porque el paciente pudo haber mejorado lo mismo —o más— sin haber recibido ese tratamiento farmacológico o quirúrgico, e incluso a pesar del tratamiento, que muchas veces complica, retrasa o entorpece la curación.

Traigo esto a cuenta de la presunta mejoría en todos los sentidos de la antigua provincia de Logroño, debida a que en 1982 se convirtió en la Comunidad Autónoma de La Rioja. Que, gracias a ello, hemos progresado disponiendo de cosas como un hospital y varios centros de Salud nuevos, un auditorio, un aeropuerto, casi 50 kilómetros de autovía y, por supuesto, un gobierno y un parlamento regionales. Según esta hipótesis, ciudades pertenecientes a Comunidades pluriprovinciales como Toledo, León o Málaga no hubiesen tenido sus magníficos hospitales o Vigo, Huesca y Valladolid sus auditorios, y nada de eso existiría en una Rioja sin autonomía.

Si el proyecto de una Rioja autónoma se hubiese frustrado en su momento, puedo imaginar los actuales lamentos: con la Autonomía nos tendrían más en cuenta en Madrid, aunque seamos cuatro gatos. Dispondríamos de tren de alta velocidad, de una autovía Logroño-Soria y otra Foncea-Alfaro, de un hospital casi autosuficiente (porque siempre habrá que derivar pacientes a otras Comunidades por rancios prejuicios ideológicos contra la necesaria colaboración entre las sanidades pública y privada), de un aeropuerto con vuelos y todo y hasta nos devolverían las Glosas Emilianenses, que buenos somos los riojanos echándole órdagos al gobierno central.

Miren, especular es gratis, pero si nos ponemos ucrónicos también se puede aventurar que, dado que la unión hace la fuerza, a esta provincia le hubiese ido mucho mejor integrada en una hipotética región autónoma con el País Vasco y Navarra (e incluso con Castilla-León o Aragón). Aparte de mejorías en infraestructuras, servicios y comunicaciones, no existiría la «desigualdad lacerante» (CSIF) de las retribuciones que perciben los médicos, enfermeros, auxiliares de Justicia, docentes de la enseñanza pública, policías nacionales y demás empleados públicos riojanos frente a los navarros y vascos, hasta un 30% menos, que desaparece con cruzar el Ebro. Y luego que faltan médicos.

La autonomía uniprovincial no era la única medicina que necesitaba la ex provincia de Logroño pata pelechar y seguro que tampoco la más eficaz, pero ahora vete a cambiar de centro. Si ni te cogen el teléfono.

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Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.