>

Blogs

Fernando Sáez Aldana

El bisturí

20 años sin tratamiento

Si hace sólo un año alguien hubiera propuesto públicamente recortar el gasto sanitario, habría sido vapuleado por agentes sociales, partidos políticos, asociaciones ciudadanas y de profesionales y lobbys de pacientes con el demagógico argumento de que la salud es lo primero. Pero de un año acá, más forzado que convencido, el gobierno ha tomado decisiones tan dolorosamente necesarias como reducir salarios, congelar pensiones y suprimir ayudas sociales. Y es que la gravedad de la crisis exige apretarse el cinturón para eludir la quiebra y eso significa gastar bien lo que se tiene y no despilfarrar lo que no se tiene, principio económico básico tan válido para las macrocuentas del Estado como para la familia más modesta. Mas, a pesar de este clima comprensivo hacia el ahorro público como receta necesaria para poner al enfermo fuera de peligro, un sector clave de ese gasto permanece inmune al recorte: la Sanidad. Veinte años después del tan clarividente como desatendido “informe Abril”, seguimos sin querer ni oír hablar de reformas de calado en la gestión del sistema sanitario en busca de esa piedra filosofal de la mayor eficiencia y calidad al menor coste manteniendo los principios de equidad, universalidad y gratuidad. Veinte años después, las tensiones derivadas del aumento de la demanda social por el envejecimiento, la mejora del nivel de vida y el insaciable consumismo sanitario de una sociedad medicalizada, unido al espectacular desarrollo de los servicios y la tecnología no han hecho más que aumentar, y las 64 juiciosas recomendaciones del célebre informe (ninguna de las cuales era reducir zafiamente los salarios del personal, que es lo fácil y nada resuelve) siguen olvidadas en la vitrina como inyecciones necesarias para salvar al paciente que nadie aplica por miedo a los pinchazos. Dos décadas después se continúa gestionando mal los recursos sanitarios y realizando ingentes inversiones que no se traducen en incrementos proporcionales de la calidad de vida de la población. No aprendemos; durante el boom inmobiliario todos pronosticábamos que la burbuja estallaría algún día pero sin parar de inflarla. Ahora nos toca hablar del riesgo de crac del sistema sanitario mientras todos (políticos, gestores, profesionales y usuarios) nos empeñamos en agravarlo. Hoy más que nunca urge definir, no qué sanidad desea esta sociedad, sino cuál puede pagarse, y adjudicar en consecuencia los limitados recursos en virtud de un gran pacto social y con criterios científicos, éticos y de eficiencia. Veinte años después de diagnosticar certeramente el mal que sigue aquejando a nuestra Sanidad, seguimos sin aplicar el tratamiento indicado. Y como nos la dejemos morir, que Esculapio nos coja sanos.

Temas

Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.


abril 2011
MTWTFSS
    123
45678910
11121314151617
18192021222324
252627282930