>

Blogs

Fernando Sáez Aldana

El bisturí

El fin de un mundo

Ya saben que para algunos intérpretes de calendarios precolombinos el mundo se acabará mañana, 21 del 12 del 12 a las 12 horas y 12 minutos hora peninsular, coincidiendo con el punto más bajo de sol en el horizonte o solsticio de invierno. Así que, por si fuera cierto, métanse esta noche un cenorro de despedida bien regado y mañana quietecitos en la cama hasta mediodía, que es el mejor sitio para aguardar la fanfarria del Juicio Final, y si no pasa nada pues a levantarse y continuar la travesía por este valle de lágrimas que conduce al de Josafat. Pero seguro que mañana no será el último día ni para los pobres mayas, cuyo viejo mundo se acabó hace varios siglos, a raíz del descubrimiento del que para sus conquistadores era justamente el nuevo. Así que este año tampoco sobrevendrá el Apocalipsis aunque sus cuatro modernos jinetes (la Recesión, el Paro, el Recorte y el Desahucio) cabalguen a sus anchas por la vieja piel de toro. Tampoco se producirá el impacto del asteroide Armajoddón contra la Tierra (para alivio de los lorquinos, que ya es lo único que les falta), cuyos devastación sería tan completa que, para hacernos una idea, se llevaría por delante incluso a Berlusconi.

Pero mañana, como este mes, este año, los pasados y seguramente los venideros, asistimos al fin de otro mundo, entendido no como soporte físico sino como organización y funcionamiento de nuestra sociedad. No gusta oír que hemos vivido por encima de nuestros posibles pero es lo que ha sucedido durante muchos años y a todos los niveles: estatal, autonómico, municipal, social y familiar. Ítem más, hemos incurrido todos (bueno, casi todos, usted no, vale) en la irresponsabilidad colectiva de prever con claridad que “esto va a explotar por algún lado” y seguir metiendo presión en vez de aliviarla. Hasta que explotó y la onda expansiva nos ha arrancado de nuestra creencia en ser la décima potencia mundial para lanzarnos de morros contra un muro de lamentaciones ante la triste verdad: un país casi arruinado que según las peores previsiones alcanzará un 40% de pobreza en diez años, con un plazo de recuperación del batacazo no inferior al cuarto de siglo. Es el fin de nuestra pertenencia a un ficticio primer mundo de riqueza y prosperidad basadas en prácticas consumistas inadecuadas: si un alemán quiere un coche ahorra y se compra el que puede con lo ahorrado, mientras el español se entrampa por un 4×4 de alta gama porque “de todo se acaba saliendo”. El chiste de uno al que le preguntan cómo le gustaría vivir y responde: “como vivo, pero pudiendo” se ha convertido en amarga realidad. Hasta el próximo jueves, esperemos.

 

Temas

Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.


diciembre 2012
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31