El Ministerio de Fomento ha contratado la redacción de los proyectos de construcción de la futura ronda sur de Logroño. Ahora, las empresas adjudicatarias tienen dos años por delante para planificar la actuación. Estudios, informes y análisis que terminarán en un documento que será elevado a Fomento. Y el Ministerio, una vez tenga el macroplan en sus manos, activará otra nueva convocatoria pública para adjudicar las obras al mejor postor (el que más ajuste el presupuesto). Entonces sí, mis nietos verán comenzar los trabajos de construcción de una obra sobre la que tanto escribió su abuela.
Ciertamente, las grandes obras de infraestucturas viarias requieren dilatados plazos desde la preparación y proyección hasta su desarrollo material, efectivo y real. El problema de la liberación de la autopista en el entorno de Logroño es el tiempo que esta actuación ha venido perdiendo por la falta de impulso (ora económico, otrora político).
La hemeroteca es una descarada chivata que sitúa la realidad en su justo término. Y a ella recurro. Y, ¿qué compruebo?: que en el 2005, los partidos políticos regionales se unieron y acordaron por unanimidad la conversión de la autopista en nueva circunvalación.
Sólo partiendo desde el 2005 han pasado nueve años. Nueve. Un periodo lo suficientemente amplio como para que a España le diese tiempo a estar en la champion de la economía mudial, caer al abismo de la crisis y retomar el camino de la recuperación. Vale. Pues en ese mismo horizonte, la ronda sur capitalina sigue siendo una actuación a la búsqueda de planos que especifiquen los detalles, los materiales, los elementos estructurales… Así estamos.
Nota: La foto, de la que es autor Justo Rodríguez, corresponde a un pleno extraordinario sobre la liberación de la AP-68 celebrado por el Ayuntamiento de Logroño en enero del 2011.