Por todos es sabido que, a menudo, la realidad supera la ficción, por ello ésta se ve obligada a tomar historias del mundo tangible para introducirlas en el de nuestra imaginación, el de mentira, pero más bello. Ese proceso de transformación y pulido es el que ha seguido David Ebershoff para plasmar la historia de Lily Elbe, la primera persona (conocida) en someterse a una operación quirúrgica para cambiar de sexo, en ‘La chica danesa’. Una historia real pintada con la fantasía del autor en una novela elegante y muy gráfica.
Como el propio Ebeshoff aclara, tan solo la parte más básica de la historia que relata es real, Lily Elbe existió, su identidad previa, Einar, y su mujer Greta, también, pero muchos de los acontecimientos contados, su orden y los detalles con que los espolvorea, no. Se trata de una novela, no una biografía. Tener esto claro es fundamental para disfrutar del libro sin intentar trasladar su relato a la realidad.
Partiendo de esta idea, y armado con la libertad creativa para abordar una historia extraordinaria, el autor decide marcar como punto de partida de la novela un día cualquiera en casa del matrimonio formado por Einar y Greta (cuyo nombre real es Gerda). Corre el año 1925 en la ciudad de Copenhague, dos artistas, uno famoso y la otra no, pintan tranquilamente en el estudio de su casa. Pero un inocente favor entre marido y mujer dará en la tecla escondida dentro de la mente de Einar, trastocando lo que, en principio, iba a ser una vida ordinaria y tranquila. Cuando Greta le pide que pose para ella vestido de mujer, una fuente de pensamientos y sentimientos enterrados asaltan la construcción preconcebida que el protagonista tenía del mundo y de su propio ser. Lily Elbe comienza a latir.
Solo un matrimonio atípicamente unido podría enfrentarse a un obstáculo vital con tanta complicidad y comprensión como lo hacen Einar y la sorprendentemente tolerante Greta, que no duda en acompañar a su marido en un difícil viaje de autodescubrimiento y autoafirmación. A menudo, descubrimos cosas de nosotros mismos que ignorábamos, un gesto, un pensamiento o un rasgo de nuestro carácter pueden sorprendernos en cualquier momento, haciendo necesario incorporarlos (o no) a la imagen que tenemos de nosotros mismos. Algunos son insignificantes, otros determinantes, y otros, sencillamente, van más allá de esta clasificación. El caso de Einar entra en esta última categoría.
Nadie nos enseña a vivir, la incertidumbre nos acompaña en cada nuevo reto que ésta nos plantea. Para paliarlo, pedimos consejos a aquellos cuya experiencia sobrepasa la nuestra, ya que, seguramente, habrán pasado por lo mismo. Pero, ¿qué podemos hacer cuando debemos enfrentarnos a una circunstancia que nos resulta tan extraña que ni nos atrevemos a confesar a los demás?. La valentía y las ganas de vivir siendo uno mismo son las únicas armas con las que cuenta Einar para dejar paso a Lily, su verdadera identidad.
El libro se divide en tres partes, tres años clave repartidos entre dos ciudades, la fría Copenhague (donde la novela empieza y termina) y el dulce París. A través de ellas el autor nos desvela su poética y descriptiva versión de lo que pudo ser el periodo decisivo una de las vidas más valientes y transgresoras del siglo pasado. La de una simple chica danesa.
Una obra que los directores Tom Hooper y Lasse Hallström han plasmado en una película protagonizada por Eddie Redmayne, que llegará a España el quince de enero del año que viene.