>

Blogs

Mayte Ciriza

Que quede entre nosotros

Mamá, yo no quiero tener «ex»

Estábamos en casa el domingo, comiendo tan tranquilos, y mi santo y yo nos miramos sorprendidos cuando la peque -8 años- pronunció de repente, sin que viniese a cuento la frase, «mamá, yo no quiero tener ex». Cuando le preguntamos a qué se refería, nos dijo que lo había hablado con sus amigas en el patio del cole, y que no querían tener «ex», porque, decía, si dejas a tu novio, te hace la vida imposible y, al final, «hasta te puede matar». Juro que la anécdota es verdad. Imagino que las informaciones y reportajes de un día sí y otro también sobre la violencia contra las mujeres calan en estas crías y motivan su reflexión.
Pero no es lo habitual que las jóvenes estén sensibilizadas contra la violencia de género. El pasado jueves 1 de diciembre se podía leer en este periódico, a toda página, que el 80% de las chicas jóvenes considera que «te pueden querer aunque te maltraten». Un dato espeluznante. Que la gente joven piense esto es alucinante. Como lo es también que el 40% de las denuncias por violencia de género son presentadas por menores de 30 años. Como lo es que el 33% de las mujeres muertas en los últimos cinco años tenía menos de 30 años. Como lo es que el 32% de los chicos considere normal obligar a su pareja femenina a mantener relaciones sexuales. ¿Qué está pasando aquí?
Algo estaremos haciendo mal cuando nuestra juventud es poco consciente de la violencia contra las mujeres y de la desigualdad de género. Y si están poco sensibilizados, son más vulnerables a muchas ideas y estereotipos sexistas y violentos.
Por eso se ha lanzado la campaña «Amar no duele», en la que colaboran empresas privadas. Se trata de evitar los modelos sociales de siempre. Vamos, que para prevenir la violencia machista -¿por qué la llaman «de género»?-, además de hacer lo que se está haciendo, hay que poner en marcha una correcta educación sexual en adolescentes. Y hay que vigilar y corregir los dos grandes instrumentos de educación: la televisión (las series de televisión, más bien) y la publicidad, donde se reproducen los esquemas machistas de siempre. Modelos en los que se proclama la supremacía del varón y se presenta a las mujeres como objetos sexuales.
Pero hay otras claves: la incapacidad creciente de los jóvenes de ponerse en el lugar del otro, la búsqueda de la satisfacción inmediata o que sean incapaces de pensar en otra cosa que no sea «yo, yo, yo»…
Si un grupo de crías de ocho años hablan en el patio de esto, hay motivos para la esperanza. Al menos se habla de ello. Y esto ya es algo. Aunque le tengamos que explicar que un «ex» no tiene por qué hacerte la vida imposible y que muchos de los que hacen la vida imposible a las mujeres no son «ex».

Temas

Por Mayte CIRIZA

Sobre el autor