Si la selección española no se hubiera clasificado para
Y es que los datos del ya famoso informe PISA de
En
Lo más preocupante es que estamos en un país que no aprende de los errores. En cada informe de éstos nos dan más palo, los resultados son cada vez más decepcionantes. Y seguimos en la misma línea, la de no reivindicar la responsabilidad, el esfuerzo, la disciplina, el respeto al profesor o el refuerzo de su autoridad. ¡Pero si se acaba de aprobar que se puede pasar de curso en bachillerato con cuatro suspensos! ¿Para qué trabajar?,¿para qué esforzarse? Hacen falta más horas de lengua, matemáticas o historia. Por no hablar del nivel de los contenidos. Hay que invertir más en la educación y en la formación del profesorado. Claro, luego llega el tío PISA con las rebajas.
Desde luego, alguna responsabilidad tendremos los padres, pero no por nuestro nivel cultural. A cuántos padres no conocemos con un nivel educativo mínimo y, sin embargo, sus hijos han estudiado carreras de forma brillante.
En Alemania, después del informe PISA 2000 se cargaron a toda la cúpula del Ministerio de Educación. Han trabajado y han mejorado en estos años de forma sustancial. No valen parches, maquillajes ni retoques. Si queremos salir del agujero, tenemos que llegar de una vez a un acuerdo social y político, un gran pacto por la educación, para mejorar nuestro sistema educativo y no volver a moverlo en unos cuantos años.
Hay que afrontar la realidad y reconocer las cosas. Para solucionar un problema hay que aceptar que existe. Sin una buena educación no hay futuro. Y además, si queremos corregir las desigualdades de una sociedad hay que apostar por una educación de calidad. España será lo que sea su sistema educativo. ¿Tan difícil es entender esto? Que este país esté entre los mejores del mundo en educación. Esta es la auténtica liga de campeones que tenemos que jugar y ganar.