Beber alcohol en un zapato, correr desnudo por el pasillo del hotel o practicar sexo en un ascensor. Esos son los reclamos de la campaña turística con que un touroperador británico promociona España entre los jóvenes británicos. La cosa ha saltado a los medios de comunicación porque los días previos a Semana Santa se han concentrado en Salou miles de jóvenes británicos (las cifras que dan los medios van de 5000 a 8000) bajo la convocatoria de la novena “Saloufest”.

En realidad se supone que son competiciones deportivas de día, con macrofiesta de noche. Bueno, competiciones deportivas con barriles de cerveza en los márgenes del campo de fútbol, se empieza bebiendo cerveza a raudales desde primera hora de la mañana y se sigue por la noche con todo tipo de licores, así que los jóvenes ingleses declaran echar de menos esos bares en su país. La auténtica competición es la de ver quién bebe más, ante la perpleja mirada de los vecinos y el trabajo de los servicios de urgencias por los casos de intoxicación etílica.

Los hoteles se han llenado, pero –como diría Jaime- ¡qué imagen estamos dando! No creo que esta sea la promoción que queremos de España en el exterior como destino turístico. Sol y cogorza: que la imagen de nuestro país se asocie al descontrol, al alcohol y al desmadre no es bueno. El Ayuntamiento de Salou tan contento, consintiendo y amparando el “Saloufest”; el Conseller de la Generalitat de Cataluña echando la culpa a los medios ¡por contar que pasan estas cosas!, y la portavoz de los hoteleros de la zona ha declarado que el “Saloufest” es “un acontecimiento normal que no ha comportado nunca problemas”. Por cierto, estos días hay una segunda tanda de esta olimpiada alcohólica, del 6 al 10 de abril.

Por otro lado, la borrachera colectiva como forma de divertirse no es el mejor ejemplo para el resto de jóvenes. Una de las asignaturas pendientes en España es el consumo de alcohol en los jóvenes y, lo que es todavía peor, en adolescentes y, sobre todo, lo escandalosamente fácil que pueden comprarlo los menores, pero ese es otro artículo.

Invertimos muchos recursos y hacemos un gran esfuerzo para demostrar que España es mucho más que sol y playa, que es un país moderno, lleno de cultura y patrimonio, de gente acogedora, de rincones fantásticos, de paisajes inolvidables y de mil opciones más para disfrutar de unas vacaciones. Y aquí, nos devanamos los sesos ideando nuevas rutas turísticas, promocionando el enoturismo, el Camino de Santiago, las huellas de dinosaurios o nuestra deliciosa gastronomía, cuando en realidad lo que llena de verdad hoteles, bares y restaurantes, es el turismo de borrachera.