No me puedo creer que los finlandeses sean más listos que los españoles. Ni mandaría a mis hijos a estudiar a Corea. Todavía no doy crédito a que países perdidos en el mapa, como Eslovenia o Estonia, sean mejores que España. Pues resulta que estos países y otros muchos están por delante del nuestro en la calidad de la educación.
Hace unos días un estudio sobre la calidad de la educación en los países desarrollados volvía a dar otro revolcón a nuestro país. El llamado informe PISA examinó el año pasado a alumnos de 15 años en 65 países. En España han sido unos 27.000 estudiantes y los resultados han vuelto a ser demoledores: no sólo seguimos muy por debajo de la media de los países de la OCDE, sino que las diferencias entre unas comunidades autónomas y otras son enormes (¡hasta 55 puntos en lectura!).
Por cierto, el nombre del informe, PISA, no tiene nada que ver con la ciudad italiana, sino con las siglas en inglés de la denominación del programa. Se hace cada tres años y seguimos igual de mal. Si se compara con el informe de 2000 -una década permite una cierta perspectiva-, la compresión lectora (una de las cosas que se examinan) ha bajado 12 puntos en diez años. Nos vuelve a suspender PISA, es decir, que no progresamos adecuadamente y seguimos instalados en la mediocridad en algo tan fundamental para una sociedad como la educación.
En fin, los datos, se miren por donde se miren, son dramáticos para España. Sin educación no hay futuro, un país que no tiene una buena educación, que no tiene un buen sistema educativo, no puede aspirar a un buen futuro. Si los jóvenes que tienen que tirar del carro no salen bien preparados, ¿cómo vamos a salir de la crisis?
Algo no va bien cuando un tercio están repitiendo curso, nada más y nada menos que uno de cada tres alumnos evaluados. Bueno, algo más de un tercio, el 36%, uno de los porcentajes más altos de todas las naciones: somos un país de repetidores. Si tenemos tantos repetidores y aún así no mejoramos en la nota final, ¿para qué repiten? A la vista de los resultados, parece que repetir curso es repetir fracaso. Finlandia, en cambio, tiene un 5% de repetidores.
Hay muchas razones que nos han llevado a esta terrible situación, y cada curso que pasa sin que se haga algo va a suponer una mayor dificultad en remontar la situación. Entre otras cosas, necesitamos más autoridad y mejores sueldos para los profesores (para que a la educación se dediquen siempre los mejores), fomentar el esfuerzo entre los estudiantes, reforzar la disciplina, más apoyo familiar, que los padres se impliquen más, menos telebasura, que se estudie más lengua española, más matemáticas, más inglés, más ciencias y que lean más (a mi hijo de 16 años sólo le mandan leer tres libros en todo el curso).
En La Rioja, al menos, estamos mejor que la media, y entre las primeras comunidades autónomas, pero de lo que se trata es de que España avance, que nuestro país mejore la calidad de su sistema educativo. Este país pide a gritos una profunda reforma del modelo educativo. Parece que algunos no se quieren dar cuenta de que en educación sí que estamos en permanente estado de alarma.
