>

Blogs

Mayte Ciriza

Que quede entre nosotros

Infierno

El domingo participé en la Carrera de la Mujer en Logroño, más de 4.000 de todas las edades corriendo por la ciudad, muchas de ellas adolescentes y niñas, en una prueba deportiva que reivindicaba de forma festiva y solidaria el papel de las mujeres en el deporte y en la sociedad en general.
Esa misma solidaridad es la que necesitan ahora mismo las niñas secuestradas en Nigeria. Hace más de tres semanas un grupo terrorista yihadista, Boko Haram, secuestró a casi 300 niñas y adolescentes por estudiar en una escuela cristiana, para venderlas como esclavas sexuales por diez dólares. Hijas de familias humildes, de campesinos, han sido secuestradas por ser cristianas y por ir a la escuela. Lo vemos en el telediario y la indignación dura lo que dura la noticia.
Una de las niñas que se ha escapado ha relatado cómo las violaban repetidamente cada día. Es una brutalidad, una crueldad y una salvajada, algo abominable ante lo que el mundo entero tendría que haber actuado de forma inmediata. Lo malo es que llevamos mucho tiempo con horrores parecidos a este y estamos como inmunizados, acostumbrados.
Esto sucedió hace casi un mes; pues bien, tan solo hace una semana se ha reaccionado ante este secuestro (¡en un mundo en el que todo es instantáneo hemos tardado casi tres semanas en enterarnos!). Y se ha hecho gracias a la reacción mediática y en las redes sociales, porque hasta entonces los organismos internacionales no habían hecho nada. ¿Para qué los queremos? Si, por ejemplo, la ONU no está para acabar con este horror, no está para nada. Del Gobierno de Nigeria mejor no hablar, siendo como es el país más rico de África, está devorado por la corrupción y no ha movido un dedo hasta que no se ha visto presionado.
El pasado lunes, el jefe de los terroristas islámicos mostraba un vídeo de las niñas tapadas con velos y recitando el Corán, y pedía, con chulería y arrogancia, intercambiarlas por terroristas presos. Como son chicas africanas, parece que da lo mismo. De la misma manera, parece que da igual que en muchos países las niñas no puedan estudiar, que tengan prohibido ir a clase, que sean obligadas a matrimonios forzosos o que se acepte como normal su maltrato y violación. Esto es algo que sucede a diario en muchos lugares del mundo. Si las niñas estudian, se convierten en mujeres libres. Y una mujer libre e independiente es un peligro, es un desafío para los integristas.
La historia de la humanidad es la del triunfo de la civilización sobre la barbarie. Eso es lo que se resuelve ahora en Nigeria. Pero nos pilla muy lejos. Es allá, allá en el África negra, para qué vamos a intervenir en el corazón de las tinieblas, en el mismo infierno.

Temas

Por Mayte CIRIZA

Sobre el autor


mayo 2014
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031