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Mayte Ciriza

Que quede entre nosotros

Eso no

“Para, eso no”, les dijo la chica con la que practicaban sexo cuando se dio cuenta de que estaban grabando todo con el móvil. Los dos jugadores del Eibar, Sergi Enrich y Antonio Luna, siguieron grabando sin el consentimiento de la mujer. Lo grabaron, no lo borraron… y el vídeo acabó en internet. Ellos dicen que no lo han subido a la red, pero no les han robado el móvil y el vídeo se ha hecho viral.
Las relaciones eran consentidas y entre adultos, pero no la grabación. ¿Por qué se graban unas relaciones sexuales sin permiso de la mujer? ¿Qué pasa por esas cabezas para enseñar después el vídeo y difundirlo –al parecer- por guasap? Lo que pasa está relacionado con los estereotipos machistas: cuantas más relaciones tengas, cuanto más sexo practiques, eres más macho. Es un éxtasis de vanidad, un orgasmo de exhibicionismo, la muestra de la dominación sobre la mujer; aunque ella diga “no grabes”, aquí se hace lo que quiere el hombre, se trata de forzar la voluntad de ella. El vídeo no consentido es sencillamente una forma de violencia machista.
En cuanto el vídeo estuvo en las redes sociales, se viralizó. ¿Qué pasa por las cabezas de los que lo reenvían y llenan las redes de comentarios jocosos y elogiosos hacia la hombría de los jugadores? Empezaron a circular parodias y bromas sobre el vídeo y se llegó incluso a utilizar la etiqueta #DaleEibar.
Por un caso parecido, una joven italiana se suicidó hace unas semanas. Esta vez, Tiziana Cantone había consentido la grabación de varios vídeos manteniendo relaciones sexuales, pero su exnovio los subió a la red para vengarse de ella al abandonar la relación.
Salvando las distancias, los cinco violadores en grupo de San Fermín no tenían bastante con violar a la chica, sino que encima lo grabaron también en vídeo y lo enviaron por guasap a sus amigos. En esas fiestas, el peligro, más que en la manada de toros, estaba en los machos en manada (el grupo de guasap que tenían se llamaba “manada”), que se aprovechan de la diversión y de la desinhibición de la fiesta para sacar su espíritu depredador y psicópata y cometer la violación en grupo y grabarla.
Hay algo común en todos estos casos, cosifican a las mujeres y alardean de ello. Vejar y violentar a la mujer les hace sentirse más machos. Ahí tenemos a Trump con sus impresentables comentarios machistas. No piensan en la mujer como una persona, ni respetan su intimidad, utilizan el sexo para humillar y someter a la mujer, por eso graban y difunden el vídeo sexual sin su consentimiento. La chica del vídeo ha denunciado a los dos jugadores de fútbol, porque no hay impunidad para quien no respeta que cuando ella dice “eso no”, es “eso no”.

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Por Mayte CIRIZA

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