Por alguna razón, en verano abundan las estupideces, el verano es hortera por naturaleza. No sé si el liberarnos de la tiranía de las normas del resto del año, de la esclavitud de los horarios y de las rutinas, saca a relucir la tontería que tenemos dentro o es que la relajación mental y el calor hacen que nuestro invernal sentido del pudor desaparezca.
El tiempo de la tontería lo suele inaugurar Ana Obregón, que nos atormenta cada verano con sus insufribles posados playeros y sus declaraciones, y alcanza su punto álgido en agosto, pero este verano la intensidad en la estupidez ha empezado antes que nunca y ha batido récords en las redes sociales. Me refiero a los comentarios sobre una mujer en bikini, también en la playa, pero en este caso no es un posado, sino una foto robada: la foto de Leyre Pajín en la isla de Lazareto, en las Baleares.
Una de las cosas que menos podía imaginar es verme defendiendo a la Ministra Pajín, esa “miembra” del Gobierno, pero ni que sea Pajín ni que sea quien sea, las mofas y críticas que han hecho de su aspecto físico no tienen un pase. Y que por ser Ministra de Sanidad tenga que estar delgada como condición para combatir la obesidad, es como poco, una estupidez. Al parecer el calor reblandece las neuronas y esto explica que haya cuajado esta tontería.
No digo nada de que la critiquen por su gestión al frente del Ministerio de Sanidad, cada uno tendrá sus motivos, algunos muy ciertos, pero no entiendo que se le ataque por no tener un tipo de modelo y que esto tenga que ser una condición para luchar contra la obesidad. Puede que tenga unos kilos de más, como muchos españoles, ¿y qué?, ¿cuántos de los que la critican tienen el cuerpo de Cristiano Ronaldo?, ¿hubiera causado el mismo revuelo de haber sido un hombre?
Esas críticas rezuman un machismo reconcentrado y, además, hacen un flaco favor, nunca mejor dicho, a muchas mujeres, que sufren la tiranía de los kilos de más y que se obsesionan con su aspecto físico, con tener que lucir siempre perfectas, como si una mujer solo pudiese demostrar su valía teniendo un cuerpo estupendo.
Con los hombres no pasa. Ya les pueden sobrar unos cuantos kilos que no pondrán en relación las mollas con la mollera. ¿Por qué a las mujeres se les exige ese plus? Se es más cruel con nosotras que con ellos. Y eso que cuesta menos perder unos kilos de más que esa grasa mental, esos michelines que son los prejuicios machistas. A ver qué dieta acaba con estos michelines.