
Esta vez se empeñó mi santo en que fuéramos a verla, y se encargó de negociar con nuestros hijos para que vinieran también (tienen una edad-¡adolescentes!- en la que estas cosas hay que negociarlas). “Maktub” es una película española, estrenada hace pocos días, que cruza varias historias y que tiene como protagonista a Antonio, un chaval adolescente hospitalizado por un cáncer en estado avanzado. La casualidad quiere que Manolo -un hombre de unos cuarenta y tantos, en plena crisis profesional y familiar, con una vida acomodada pero rutinaria, y con problemas en su matrimonio- conozca a Antonio y éste le cambia la vida, a él, y al resto de los personajes que aparecen en la historia.
Con una buena interpretación, la historia es ágil, divertida y dura al mismo tiempo. Es una película llena de emociones, en la que se puede reír y llorar a la vez, como la vida misma, una película que aborda el tema de la muerte con frescura, sin ñoñerías y, sin ser empalagosa ni lacrimógena, te hace reflexionar sobre las cosas importantes de la vida. Está llena de mensajes positivos, de esperanza, de optimismo, de solidaridad, de coraje, de ganas de vivir y de ganas de luchar, de salir adelante a pesar de las dificultades.
La película te cambia el estado de ánimo y te hace ver las cosas de otra manera, te hace salir con una sonrisa de optimismo y hace que te encuentres bien al verla, a pesar de la dureza en el desenlace. Así es el día a día, pese a las dificultades y los momentos duros, hay que vivir con ilusión y disfrutar de la vida, sin abandonar la responsabilidad. Y estos son los valores que necesitamos ahora mismo, no son cuestiones abstractas: a pesar de los momentos tan complicados, de la crisis que sufrimos en nuestro país, del paro terrible, del miedo que nos mete la prima de riesgo, del temor que nos inspiran los mercados, somos capaces de salir adelante, podemos superar esta situación y nos merecemos vivir tiempos mejores.
Maktub es una palabra árabe que significa “está escrito”, viene a ser algo así como el destino; quiere decir que hay cosas que son más que una coincidencia, como esas personas que se cruzan en nuestra vida y la cambian por completo. Bueno, a mis hijos también les gustó la película, y eso que fueron después de una ardua negociación y a regañadientes, y si les ha gustado a tres adolescentes, eso es una buena señal. Aprovechad las Navidades para ir a verla. Os daréis cuenta de que hacerlo no es una casualidad, que leer estas líneas no ha sido una coincidencia, y que depende de nosotros mismos vivir la vida, ser felices y hacer felices a los demás. Está escrito. Maktub