>

Blogs

Mayte Ciriza

Que quede entre nosotros

Honestamente

Jesús es veterinario y trabaja como funcionario en el área de Medio Ambiente y, como sus dos hijos empezaron a estudiar en la Universidad y tenía más tiempo disponible, lo dedicó a colaborar con el partido político con el que simpatizaba. Podría haberlo hecho con una ONG, pero como está muy implicado con el medio ambiente también en lo personal, pensó que sería efectivo intentar trasladar a la política su conciencia ecológica.

Después de un tiempo colaborando, y como se acercaban las elecciones, le propusieron ir en la lista para el Ayuntamiento, como concejal. Salió elegido y es ya su segunda legislatura, que compatibiliza con su puesto de trabajo.

Gonzalo es profesor de Universidad, tiene una brillante carrera académica, estancias de investigación en el extranjero y es autor de prestigiosas publicaciones. Siempre ha sido una persona muy activa y comprometida con los asuntos públicos; por eso aceptó incorporarse al gobierno autonómico de su región en un puesto de responsabilidad política, desde el que intenta mejorar la sociedad en la que vive.

Los conozco. A ellos y a otros como ellos. Antes los veía de vez en cuando, pero desde que están en política sus amigos los vemos de pascuas a ramos, y eso con suerte. En sus familias no les ven casi el pelo y llevan jornadas maratonianas de trabajo de lunes a domingo, sin ganar mucho más de lo que ganarían en su actividad profesional, y algunos, incluso, ganando menos.

Podría contar un montón de casos de gente como ellos, que tienen vocación de servicio público, que quieren hacer cosas para los demás, que creen en su pueblo, en su ciudad, en su región o en su país y que quieren trabajar desde la política. Por eso, cada vez que oigo que “todos los políticos son iguales”, pienso en ellos y en tantos como ellos y en lo injusta (y peligrosa) que es esa generalización. Ellos y tantos otros no tienen la culpa de ejemplos indignos de servidores públicos que arruinan la credibilidad de los que se dedican a la política.

En un momento de crisis económica como el que estamos atravesando, es especialmente sangrante ver los casos de corrupción que se dan en nuestro país, en todos los partidos, en todos los niveles y capas sociales. La corrupción política o económica es indignante, cabreante, desmoraliza y causa desazón social. Hay quienes aprovechan para poner en cuestión el sistema, pero de lo que se trata es de poner en marcha más mecanismos de transparencia y de control en la gestión, para evitar que los sinvergüenzas –que los hay en todos los sitios- puedan aprovechar su cargo político para enriquecerse ilegalmente y arrojar sombras sobre el trabajo honesto de tanta gente. Un imputado no debería ir jamás en una lista y hay que endurecer las penas por corrupción.

Otra propuesta interesante de estos días es que para estar en política se haya trabajado en otra cosa antes, se haya demostrado algo. Esto apartaría a los mediocres y advenedizos que hacen de la política su único sustento. Ahora mismo, lo más fácil y lo que se lleva es meterse con “los políticos”, pero la mayor parte, como Jesús y Gonzalo, trabaja con honradez y dedicación. Esto es lo que pienso, honestamente.

Temas

Por Mayte CIRIZA

Sobre el autor


enero 2013
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031