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Mayte Ciriza

Que quede entre nosotros

Vas dado

No todos los años se gana la décima Copa de Europa. Para los aficionados del Real Madrid -mis hijos, por ejemplo- la noche del sábado 24 de mayo será una fecha única, que les dio un alegrón inolvidable. En estos días de celebraciones madridistas he oído mucho la palabra “gracias”. Gracias a la afición, gracias a los jugadores, gracias al entrenador, gracias a todos. Eso es lo lógico, lo obvio, y es una muestra de grandeza y de humildad a la vez, pero está claro que siempre se dan las gracias en los triunfos, en los éxitos.
Ahora bien, para agradecimiento el de los aficionados del Atlético de Madrid, que, a pesar de la derrota, esperaban y coreaban a su equipo al llegar al aeropuerto esa madrugada. Y es que lo extraordinario es estar agradecido, sentir agradecimiento, no porque ocurra algo especial y positivo, sino como un hábito en la vida. Lo que de verdad tiene mérito es sentirse agradecido cuando vienen mal dadas. No hay que confundir la gratitud con la alegría: uno puede estar triste y agradecido, como los aficionados del Atlético de Madrid.
No es cuestión de buenos modales únicamente, usamos a menudo la palabra “gracias” y esto está muy bien, pero no se trata solo de eso, sino del sentimiento profundo de gratitud. Hay un proverbio chino que dice “cuando bebas agua, recuerda la fuente”. Las personas que se sienten agradecidas, quienes tienen esta actitud vital, incluso en los momentos duros, son más felices, y no se frustran con facilidad, además de que alejan la envidia o los celos. Se trata de buscar lo bueno de lo malo, aunque creo que esto no está bien visto en estos tiempos.
Hay que asumir que vivir es tener conflictos, no sufrir es imposible, pero hay que sufrir lo justo, y solo por aquello que merece la pena. Vivimos en la sociedad del éxito, por eso sufrimos tanto, porque pensamos que el éxito da la felicidad, pero es precisamente al contrario, es la felicidad la que da el éxito. En Estados Unidos, por ejemplo, celebran el Día de Acción de Gracias, algo impensable en esta Europa nuestra. El sentimiento de gratitud ante la vida y la felicidad están estrechamente unidos. Estar agradecido supone sentirse bien aunque no haya ocurrido nada especialmente positivo.
Las personas que encuentran motivos para estar agradecidas son más felices, están más a gusto consigo mismas y tienen mejor salud, mejores relaciones personales y, por cierto, mejores relaciones sexuales. El refrán español dice “de bien nacidos es ser agradecidos”.
De la misma manera es mejor no esperar agradecimientos, es tan importante como todo lo anterior. Si esperas que te agradezcan lo que haces, te frustrarás a menudo. Vamos, que si haces las cosas para que los demás te las agradezcan, vas dado.

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Por Mayte CIRIZA

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