>

Blogs

Entre visillos

Cenicienta

Rodeados de seguidores, entre música, aplausos y cava festejaron su triunfo Artur Mas y sus socios. Grandes sonrisas adornaban los rostros aunque, en realidad, el escenario se movía bajo sus pies. Mientras Oriol Junqueras miraba hacia el horizonte en el que resplandecía una superluna y Romeva hablaba a la multitud, Artur Mas tuvo un pálpito que le hizo mostrar una sonrisa gélida con el regusto amargo de quien se sabe atrapado. Lo suyo es mucho peor que lo del cuento de Cenicienta, todavía no habían sonado las doce campanadas del baile cuando el encantamiento se deshizo. Los diputados de la CUP, cuyos votos son necesarios para conducir la carroza que le podría trasladar de nuevo al palacio de la plaza de san Jaume, anunciaron que no votarían a Artur Mas para presidente, con lo cual, antes de amanecer, se produjo el eclipse y él se descubrió abrazado a una gigantesca calabaza.

Los de la CUP son, según dicen, radicales antieuropeístas y anticapitalistas, pero se han mostrado más coherentes que Mas y sus socios. Según sus propias palabras, no piensan votar a un corrupto y recortador de derechos ni sumarse a una declaración unilateral de independencia simplemente porque no han superado el 50% de los votos del supuesto plebiscito. Así que ya vemos cómo las urnas han conseguido que las quimeras se conviertan en incertidumbres y los éxitos en derrotas. Dentro de nada y, si no, al tiempo, en las filas de Juntos por el Sí comenzará el fraccionamiento de las diversas tendencias y los diputados, que no pertenecen a un único partido, veremos a ver por dónde salen a la hora de elegir presidente.

Es evidente que Artur Mas apostó fuerte y a una carta y no parece que, pese al indiscutible triunfo electoral, el objetivo secesionista, el plebiscito que plantearon, se haya visto culminado por el éxito. Ante un órdago de estas características y tras esconderse en una lista electoral “ciudadana” como si no tuviera pasado político ni estuviera rodeado por episodios de corrupción, la coherencia personal debiera imponerse. Políticamente está muerto, aunque él no lo sepa. Mas ha perdido la apuesta y punto. Además ni ha sido el presidente de todos los catalanes ni está capacitado para unir la fractura social que sus políticas han propiciado. El problema es que ni en España ni en Cataluña, ni en Cataluña ni en España se practica la dimisión, lo único que podría redimir tan ampulosos errores. Parece que dimitir estuviera prohibido por la ley y ello es así porque imperan los caraduras y los vividores. Es buen ejemplo de lo contrario lo que, con singular elegancia, hizo el líder secesionista escocés Alex Salmond que dimitió inmediatamente de conocer el resultado negativo del referéndum por la independencia de Escocia y eso que él no cargaba a la espalda con tantas vergüenzas públicas.

Por su parte, Rajoy, que dirige un programa de humor desde la Moncloa, sigue empeñado en ilustrarnos de la complejidad del problema con la sesuda afirmación de que “un vaso es un vaso y un plato es un plato”, como si fuéramos idiotas y no supiéramos distinguir entre un elefante y un pollo o entre un tonto y un líder. En fin, que ahí sigue impertérrito, como si no hubiera pasado nada y aunque ya sabemos que un 48% no es un 50, ni mucho menos un 52%, sí sabemos que son más de 2 millones de personas y que a lo mejor ha llegado el momento de convencer, al menos a una parte importante, de que queremos que se queden en España antes que, tratando de conseguir votos en las elecciones generales, se propicie un incremento mayor del independentismo. Creo que Rajoy, criminalizando a Mas, es decir, victimizándolo y escondiéndose, negando su estruendoso fracaso en Cataluña, no va a mejorar su imagen  ni a reflotar su partido. Ya sabemos todos que un líder es un líder y un ciego es un ciego, aunque de momento, sumando al de España y al de Cataluña hemos conseguido tener dos invidentes.

María Antonia San Felipe

Sobre el autor

Funcionaria. Aficionada a la escritura que en otra vida fue política. "Entre visillos" es un homenaje a Carmen Martín Gaite con esa novela ganó el Premio Nadal en 1957, el año en que yo nací.


octubre 2015
MTWTFSS
   1234
567891011
12131415161718
19202122232425
262728293031