En estos días convulsos y propensos a la distopía imagino a nuestro Félix Lope de Vega leyendo el periódico repleto de sorpresas culturales y pactos electorales: “en Valdemorillo (Madrid) el nuevo gobierno de PP y Vox retira una obra teatral basada en el ‘Orlando’ de Virginia Woolf, un clásico de la literatura del siglo XX, porque habla de feminismo y transexualidad. No obstante, se promociona un espectáculo de boxeo”. “En Bezana (Cantabria) el concejal de Cultura de Vox, nombrado por el alcalde del PP, retira de la programación de cine la película infantil de animación ‘Lightyear’ debido a una telegráfica escena en la que dos mujeres se besan”. “En Briviesca (Burgos) el nuevo alcalde del PP, apoyado por Vox, ha decidido por «motivos de seguridad, técnicos y económicos» suspender la obra de teatro ‘El mar. Visión de unos niños que no lo han visto nunca’ de Xavier Bobés y Alberto Conejero que cuenta una historia relacionada con el maestro Antoni Benaiges, fusilado en 1936”. “En Getafe, un concejal de Vox exige que no se represente la comedia de Lope de Vega ‘La villana de Getafe’, por sus insinuaciones sexuales”.
Nuestro Lope tira el pliego al suelo y aun sabiendo que la paciencia está enseñada a callar escribe ufano en el twitter de otros tiempos: «Entiendo lo que me basta,/y solamente no entiendo/cómo se sufre a sí mismo/un ignorante soberbio. De cuantas cosas me cansan,/fácilmente me defiendo;/pero no puedo guardarme/de los peligros de un necio».
Si el Fénix de los Ingenios viviera entre nosotros encontraría materia de sobra para nuevas y clarividentes obras. A buen seguro que, tras analizar nuestra España, quedaría pasmado de cuan falso es creer que los derechos logrados con sangre, sudor y lágrimas en los últimos decenios serán permanentes. Hablaría Lope de lo efímero que es todo y de que cuanto se ha conseguido puede esfumarse al pronto por nuestra laxitud en defenderlo. Están creciendo la homofobia, la intransigencia con el que piensa distinto, el odio al otro, las agresiones machistas y xenófobas. Están en riesgo el derecho al aborto, la eutanasia e incluso la libertad de expresión. A este paso en las fiestas de los pueblos se programarán Autos de Fe, aunque en vez de quemar herejes, comunistas, maricones y bolleras, pues habría protestas internacionales, se quemarán libros desde Ovidio a Lope y desde Lorca a Almudena. Del salario mínimo, la revalorización de pensiones, la atención digna a los mayores dependientes o la reforma laboral ni hablamos porque con la de problemas que tenemos parece que para algunos lo prioritario es meterse en las camas y las cabezas ajenas para cercenar tanto el sentimiento como la conciencia crítica que nos hace libres. Como dice Lope, “hay hombres tan orates que las cosas que no entienden las juzgan por disparates”.