Algunos miran al horizonte y confunden la puesta de sol con el amanecer sin darse cuenta de que están atrapados por la anochecida. Digamos que algo así les sucede a muchos líderes políticos. En las últimas elecciones el PP ha perdido más de 2,5 millones de votos y el PSOE, más de 700.000. Estas son las cifras que cada cual analiza cómo le conviene. Que el PP conserva todavía una alta fidelidad entre sus tradicionales votantes es algo innegable, aunque sorprendente con la que viene cayendo, pero el resultado electoral anuncia más un crepúsculo que un renacimiento. Muchos presuntos dioses/diosas han sido derrotados en esta contienda, primer hito de un espectáculo en diferido. Quien mejor ha definido el espectáculo de esta sorprendente primavera ha sido Rita Barberá: -¡Qué hostia… que hostia!, exclamó en la noche de autos, seguramente una locuacidad verbal fruto del caloret que le produjo el escrutinio electoral.