Iguales en mediocridad
El inconformismo es inherente al ser humano. Nada nos parece bien: si se privatiza un servicio para presuntamente mejorarlo, mal; si se nacionaliza un banco o una empresa para que sus acreedores y/o clientes no se vayan a la ruina, mal; si creamos una entidad mixta para qué sé yo, mal también. Ese inconformismo, demasiado […]