Es curioso lo mucho que algunos defienden a veces su parcelita, y luego, si te he visto no me acuerdo. Ya es tradición la gracieta de algunos presidentes autonómicos de faltar sin motivo justificado al Día de la Constitución, de momento festivo para toda España hasta que venga Europa y nos dé el consabido tirón de orejas. Digo yo que no rechazan ni el carácter festivo de este día ni los fondos estatales que sus comunidades autónomas reciben anualmente de las arcas nacionales. Pero eso sí, queda de maravilla eso de rebelarse ante el ‘Estado opresor’ y sus celebraciones, mientras éste no cierre el grifo.

Propondría yo la opción de que no vayan a Madrid a la celebración de la Constitución aquellos presidentes que no lo deseen, pero que dicha opcionalidad vaya aparejada con la obligatoriedad de considerar el día laborable, porque si para el President, el Lehendakari o quien demonios sea, el día no es suficientemente importante como para desplazarse a Madrid, tampoco lo será para librar, ¿no? Así garantizamos que al menos los sinvergüenzas que a veces nos desgobiernan cumplan con aquellos compromisos (un día al año, que no es excesivo, ¿no creen?) que se le presuponen amarrados al cargo.

Ayer, el señor Montilla, sí acudió al acto conmemorativo del aniversario constitucional. Él, que cuando fue President catalán, dijo nanay a eso de viajar a la capital del Estado para celebrar nada. Ahora entre otros ha retomado aquella costumbre Artur Mas, porque dice que la Carta Magna (refrendada en un referéndum legal) ha perdido legitimidad porque el TC remendó el Estatut y por la reforma exprés de hace unos meses. Supongo que ayer él y los demás que faltaron estarían trabajando. Como suelen.