No es casual que ‘Luces de la Modernidad’ fuera el lema elegido para la sexta edición de ‘La Rioja Tierra Abierta’, que tiene a Haro como protagonista. Primero, porque su programa expositivo arranca en el palacio de Bendaña, junto a su bello Ayuntamiento neoclásico, con el siglo XVIII, el Siglo de las Luces, como punto de partida. Segundo, porque la Ilustración prendió pronto en la ciudad jarrera, que apostó por la modernidad y se fue alejando de las sombras. Y, tercero, porque en la segunda mitad del siglo XIX llegó a través de Haro la industrialización que tanto necesitaba el país y, como premio, fue elegida pionera para inaugurar en España la luz eléctrica. «Haro, París y Londres» se convirtió en el grito de guerra de una ciudad orgullosa de su pasado, de su presente y, sobre todo, de su futuro.
Manual de Historia
Como si fuera un manual de Historia Moderna y Contemporánea de Miguel Artola, el palacio de Bendaña muestra al visitante el devenir paralelo de España, de La Rioja y de Haro desde los albores del siglo XVIII hasta 1917, fecha en la que falleció el artista jarrero Enrique Paternina. Y lo hace a través de pinturas, esculturas, grabados, mapas y objetos singulares , que llevan las firmas de Goya, López Portaña, Mengs, Benlliure, Madrazo, Van Halen, Sorolla…
En cuatro zancadas, el itinerario prosigue en el Museo del Torreón, en cuyas paredes medievales cuelgan las obras de Enrique Paternina García-Cid, pintor jarrero de noble cuna que influyó en grandes maestros como Picasso, Zuloaga o Sorolla. ‘La visita de la madre’, su obra cumbre, preside la primera parte de la muestra, ‘La búsqueda de una pasión’ (1884-1899), que será sustituida en julio por ‘La luz hallada en Haro (1900-1917), con las pinturas de su última etapa y las de otros pintores con lo que se relacionó.
En la Estación Enológica, la exposición ‘Trasluces’ avanza por la senda de la imagen, desde la cámara oscura hasta el cartel publicitario, haciendo hincapié en la pujanza de la economía jarrera a lo largo del último tercio del siglo XIX y principios del XX, andamiada en la industria vinícola.
También el Barrio de la Estación o de las Bodegas, singular urbe arracimada en torno al trayecto del ferrocarril, amalgama sus edificios centenarios con la modernidad del siglo XXI, haciendo del vino su seña de identidad.
Pero, además de las cuatro sedes, otros puntos de Casco Urbano van a desarrollar diversas actividades, como el teatro Bretón, la parroquia de Santo Tomás, el palacio de las Bezaras o la basílica de la Vega. Recomendaría a quienes tengan tiempo para recorrer el casco antiguo de Haro que disfruten del pórtico de Santo Tomás, esculpido con maestría por el gran Felipe Vigarny, y también de su interior, con notables obras de arte. No en vano, el templo es Monumento Nacional desde 1931.
CUATRO ESPACIOS
Luces de la Modernidad
Sede: Palacio de Bendaña.
Exposición: Recorrido por la Historia de Haro, La Rioja y España desde el siglo XVIII hasta 1917.
Legado Paternina
Sede: Museo del Torreón.
Exposición: Muestra de la obra del pintor jarerro Enrique Paternina García-Cid.
Trasluces. Camino de la imagen
Sede: Estación Enológica
Exposición: Fotografías y publicidad sobre el mundo del vino y su relación con Haro.
Barrio de la Estación
Sede: Bodegas centenarias.
Exposición: Respirar el universo del vino en el barrio que concentra el mayor número de bodegas centenarias del mundo.