Bien puede derogar España la Carta Magna de 1978 y que las Cortes Generales pacten otra nueva; reformar el Código Penal y endurecerlo hasta el infinito e, incluso, legislar en materia de transparencia y financiación de partidos y sindicatos, bajo la supervisión de la ONU o del Tribunal Internacional de La Haya. No importa. […]