No fueron tiempos amables los sufridos en los años 40. En lo más crudo de la cruda posguerra, una capital de provincias como Logroño trataba de sobrevivir, acuciada por la escasez, por la miseria humana y, sobre todo, por el hambre. Cartillas de racionamiento, trapicheo, estraperlo y filas en los cuarteles mendigando el rancho […]