Nos ha sorprendido durante el último mes TVE con la emisión de la serie ‘El Ministerio del Tiempo’, una audaz aventura a medio camino entre la historia de España y la ciencia-ficción, protagonizada por Rodolfo Sancho, Nacho Fresneda y Aura Garrido –actriz de origen riojano-, además de otros ilustres de la escena. El argumento, que recuerda al de aquella serie de finales de los 60 titulada The time tunnel (El túnel del tiempo), y ambas deudoras de la ‘La máquina del tiempo’ de H.G. Welles, permite a los guionistas bucear en nuestro pasado, desde Atapuerca hasta el siglo XXI, sin desperdiciar la ocasión para lanzar críticas e ingeniosas puyas a la realidad que nos rodea.
Personajes como Velázquez, el Empecinado, Lope de Vega, Picasso, Isabel la Católica, Franco o Torquemada, así como hechos históricos tan relevantes como la Armada Invencible, la Guerra de la Independencia, los Tercios de Flandes o la Guerra Civil transitan por este Ministerio que, a la vez de entretener al espectador, le enseñan la historia de nuestro país de una forma divertida, amena y muy bien escrita. No en vano, los responsables de la serie -Pablo y Javier Olivares- ya habían demostrado su calidad con ‘Isabel’ o ‘Víctor Ros’, está última, por cierto, maltratada por la cadena pública.
Sin duda, una propuesta diferente, arriesgada, instructiva y alejada de los tópicos que, por lo general, monopolizan las producciones de la pequeña pantalla nacional. Pese a todo, parece que TVE no está por la labor de que ‘El Ministerio del Tiempo’ tenga continuidad. Se aduce que la cuota de pantalla no es la esperada, aunque los índices de audiencia están lastrados por un errático criterio de programación.
Pero una cadena que todos pagamos de nuestro bolsillo no debe tener como objetivo ser la más vista ni la más comercial –que para eso ya están las privadas-, sino la mejor, la que más calidad atesore. La BBC británica es el ejemplo.
Me resisto a creer que la línea historiográfica del guión –elegir al Empecinado en vez de al general Palafox o resaltar el vínculo nazi del dictador Franco, por ejemplo- tenga algo que ver en ese sfumato prematuro. Pareciera que, desde las alturas, miraran con más simpatía una serie titulada ‘El Ministerio de los Borregos’, que es en lo que les gustaría convertir a los ciudadanos.