Era un domingo de junio. Un domingo cualquiera. Montado en un Seat 600 de segunda mano, subía junto a mi padre al pueblo de Islallana. Allí, en un bar que flanqueaba la carretera hacia Soria, me esperaban un ‘Sanitex’ y un puñao de cacahuetes. Contento y feliz. Pero al alcanzar el desvío hacia Alberite, […]