“Es un santo”. Así definió Teresa de Jesús a su confesor, el padre jesuita Baltasar Álvarez, cuando tuvo noticia de su repentina muerte. Cuentan que en la soledad de su celda de Medina del Campo, la santa de Ávila lloró durante más de una hora sin que nada ni nadie pudiera consolarla. Y añadiría […]