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Marcelino Izquierdo

Historias Riojanas

Aviones del aeródromo de Agoncillo tomaron parte en el bombardeo contra la villa de Guernica

 

El bombardeo que la Legión Cóndor lanzó sobre la villa foral de Guernica no fue ni el más salvaje ni el que más víctimas mortales provocó durante la Guerra Civil española. Baste recordar las masacres de Durango, Lérida o Belchite. Sin embargo, como afirma el hispanista Paul Preston, «por tratarse de la primera destrucción de una ciudad abierta mediante un bombardeo, Guernica quedó grabada a fuego en la conciencia europea como el gran crimen de Franco».

Coincidiendo con la fecha del ochenta aniversario de la Guerra Civil, acaba de estrenarse en todo el país la película ‘Gernika’, que retrata en celuloide uno de los episodios más negros de la reciente historia de España y en el que el aeródromo riojano de Agoncillo tuvo un papel muy importante.

La presencia fortuita de varios corresponsales de guerra extranjeros -tres reporteros británicos y uno belga- llevaron la catástrofe humanitaria de Guernica a las páginas de los influyentes The Times británico y The New York Times estadounidense, con la consiguiente repercusión mediática a nivel mundial. Si a esta circunstancia unimos el impacto que a nivel mundial causó el cuadro homónimo pintado por Pablo Picasso, apenas unos meses después, el bombardeo de Guernica quedó convertido en un hito de la contienda fratricida, antelasa de la Segunda Guerra Mundial que ya se estaba fraguando.

El 26 de abril de 1937, los aviones de la Legión Cóndor asignados al Frente del Norte se ensañaron con la localidad vizcaína provocando decenas de víctimas, que en un primer balance se cifraron en 300 muertos, si bien estudios más recientes y exhaustivos lo reducen a 126.

 

 

La operación militar

En cuanto a la procedencia de los aviones que descargaron sus bombas y su metralla sobre Guernica, siempre ha existido cierta controversia entre los historiadores. Sin embargo las últimas investigaciones apuntan que el primer ataque corrió a cargo de un Dornier Do 17 alemán y de tres Savoia S-79 italianos, que habían despegado de Soria. A continuación, intervinieron varios bombarderos germanos He-111 y Junkers JU 52 alemanes, que fueron los aparatos que verdaderamente redujeron a escombros Guernica.

Estos bombarderos Junkers, de enorme potencia destructiva, fueron escoltados por cazas italianos Fiat CR 32 -llamados popularmente ‘Chirris’-, pertenecientes al Gruppo XVI ‘La Cucaracha’ y formado por las escuadrillas 24ª, 25ª -con centro operativo en el aeródromo riojano de Agoncillo- y 26ª, que había partido de Vitoria.

Según explica el historiador Xabier Irujo Amezaga, varios aviones de reconocimiento también sobrevolaron Guernica ese mismo día antes del ataque, al menos tres IMAM Romeo Ro.37, aparatos de la ‘Aviazione Legionaria’ italiana adscritos a la base aérea de Logroño, así como un número indeterminado de aviones alemanes con base en los aeródromos de Burgos y Vitoria en tareas de apoyo.

 

Félix Guallar, testigo de la masacre

En uno de esos aviones viajaba Félix Guallar, entonces fotógrafo de reemplazo en la Legión Cóndor, que retrató el bombardeo desde el aire. A lo largo de casi toda su vida mantuvo Guallar el secreto del horror que presenció a través del objetivo de su cámara y sólo cuando le llegó la jubilación, ya en plena democracia, tuvo el arrojo de compartirlo con familiares y amigos.

Había nacido Félix Guallar, fotógrafo de la Legión Condor, el 20 de noviembre de 1914 en Zaragoza. Siendo un niño, se trasladó a Logroño junto a su padre Hilario Guallar, fotógrafo de profesión, quien abrió el estudio ‘Foto Luz’ en la calle del Mercado nº 4 -hoy bar ‘El Dorado’-. Ingresó Félix en la Caja de Reclutas de la capital riojana con fecha de 1 de agosto de 1935 y el 7 de noviembre fue destinado a la Escuadra de Aviación nº 1 de Getafe. La licencia provisional le llegaría el 6 de julio de 1936, según el expediente militar que se conserva en el Archivo Histórico del Ejército del Aire

Al estallar la guerra pocos días después de regresar a Logroño, fue llamado Guallar de nuevo a filas para ejercer como fotógrafo de las Fuerzas Armadas del Norte, enrolado en la Legión Cóndor, entre el 10 de agosto de 1936 y el 31 de octubre de 1937. Allí pudo fotografiar el bombardeo de Guernica. La misión de los fotógrafos no era otra que captar desde el aire los posibles objetivos de la Legión Cóndor para que los pilotos y los especialistas pudieran mejorar la puntería de sus ataques.

Durante el resto de la contienda, ‘Felisón’ recorrió media España con su cámara al hombro hasta que fue licenciado. Ya de civil, trabajó en la prensa (‘Norte Express’, ‘El Correo Español’…), sin olvidar la foto de carné, bodas y comuniones. Murió en el 2000, a los 86 años.

 

 

La importancia estratégica de Agoncillo

Dada la importancia estratégica del aeródromo riojano, en la primavera de 1937 la Legión Cóndor alemana y la ‘Aviazione Legionaria’ de la Regia Aeronáutica italiana ya habían radicado en Agoncillo un equipo operativo e integrado con las tropas al mando de Franco. La base riojana, a su vez, formaba parte de una red de aeródromos cercanos entre los que se hallaban Soria, Burgos o Zaragoza, que ejercieron un dominio aéreo en el norte de España.

No obstante, el primer ataque mortífero en el que participó el aeródromo logroñés había sido el bombardeo de Durango, el 31 de marzo de 1937. La localidad vizcaína fue el conejillo de indias elegido por el general Franco y sus aliados alemanes e italianos para lanzar el primer bombardeo «en alfombra» sobre población civil de toda la historia.

Dos escuadrillas del grupo de bombardeo pesado Savoia 81 despegaron de Soria, a las que se unieron otras dos más formadas por 18 cazas procedentes de Agoncillo en misión de escolta. En una ofensiva aérea, calificada por el ‘diario storico’ de la Aviazione Legionaria como «extremadamente mortífera», Durango sufrió cientos de víctimas mortales y de heridos.

Medio año después de Guernica, el 2 de noviembre de 1937, nueve aparatos italianos, procedentes de las bases de Logroño y de Soria, bombardearon Lérida, provocando al menos dos centenares de muertes, entre ellas 48 niños del Liceu Escolar, y más de 750 heridos.

 

 

Gernika, una película sobre el amor y la guerra

La película ‘Gernika’, que ahora se estrena en España, se desarrolla entre Bilbao y Guernica, a través de una historia de amor entre periodistas en tiempos de guerra, que coincide con el bombardeo de la villa vizcaína dentro de la Guerra Civil. El filme se preestrenó el pasado abril en Festival de Málaga con buena aceptación. Henry (James D’Arcy), un reportero norteamericano en horas bajas, está cubriendo el Frente Norte cuando conoce a Teresa (María Valverde), una editora de la oficina de prensa del Gobierno republicano. Teresa, cortejada por su jefe, Vasyl (Jack Davenport), un asesor ruso del gobierno republicano, se sentirá atraída por el idealismo durmiente de Henry y querrá despertar en él la pasión por contar esa verdad que un día fue su único objetivo.

El director de ‘Gernika’, Koldo Serra, destaca que la trama, siempre con la Guerra Civil de fondo, se desarrolla a través de «unos personajes ricos en matices (inspirados en nombres reales como Ernest Hemingway, Robert Capa, o George Steer) y con muchas aristas que la hacen muy apetecible». Producida por Pecado Films y Daniel Dreifuss en coproducción con Travis Produce, Sayaka Producciones y Gernika, The Movie AIE, la película tiene un presupuesto de seis millones de euros y está distribuida a nivel mundial por Sony Pictures.

 

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Certezas, curiosidades y leyendas del pasado, de la mano de Marcelino Izquierdo

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