Érase una vez un partido político llamado Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), fundado en Barcelona en 1931, y que tuvo relevancia durante la II República con dirigentes como Macià, Companys o Tarradellas. Tras la dictadura franquista, ERC retomó su actividad pública con resultados dispares en Cataluña y el techo de un diputado nacional desde las primeras elecciones democráticas de 1977. Dando tumbos, consiguió Esquerra –con apenas 5.503 militantes– convertirse en el 2003 en el ‘partido bisagra’ para alcanzar la Generalitat, lo que se tradujo aquel desafortunado gobierno tripartito presidido por el socialista (?) Maragall. De hecho, el entonces líder de ERC, Carod-Rovira, ocupó el cargo de ‘conseller en cap’.
Ultranacionalista catalán y polémico donde los haya, Carod fue objeto de una campaña de acoso y derribo tras reunirse con dos jefes de ETA, sin conocimiento de Maragall. La torpeza del ‘conseller en cap’ acabó costándole el cargo, si bien los ataques contra ERC no cejaron. Al año siguiente, el resultado de Esquerra en las elecciones generales españolas fue espectacular: pasó de uno a ocho escaños y, en la actualidad, sus militantes superan los 10.000. Este salto exponencial de Esquerra fue fruto, sin duda, de la eficiente ‘campaña publicitaria’ encabezada por el propio presidente Aznar. Tal es la fuerza actual de ERC, que en las próximas autonómicas tiene todas las papeletas para alcanzar la presidencia de la Generalitat.
Diez años después, la historia se repite con una operación de marketing muy similar, y que tiene a Podemos como ‘cliente’. Las fuerzas conservadoras se ceban ahora con Pablo Iglesias, al que tachan de radical, de pro-etarra, de bolivariano, de populista… En resumen, que la derecha va a convertir a Podemos en alternativa de gobierno ¿Premeditado? Ese juicio queda a criterio del lector.
PD. El vídeo de Joaquín Reyes en ‘El intermedio’ es un ejemplo de la parodia con chispa, del humor bien entendido, muy lejos del insulto zafio y de la demagogia barata