«Él no se servía de la música, la servía para engrandecerla. Que es la manera más hermosa de ser músico»
El pasado 5 de febrero se cumplieron 80 años del nacimiento de Fermín Gurbindo. Nadie, excepto sus íntimos y los amantes del acordeón, recordó la efeméride, pese a este músico invidente, nacido en Ábalos, es una de las figuras más notables del acervo cultural riojano de todos los tiempos. Así somos: ¡Chorra más da!
Pese a la ceguera de nacimiento y a las penurias que España sufría por aquel entonces, tanto el niño como su familia se empeñaron en que aprendiera a leer y a escribir. Pero llegó más lejos. «De mi madre aprendí a cantar, antes que a hablar», confesó más de una vez, por lo que no es extraño que muy pronto se viera Fermín inmerso en el mundo de las corcheas y del pentagrama. Fue Gurbindo un precoz autodidacta del acordeón, instrumento del que acabó siendo su mejor intérprete español y uno de las referencias a nivel nacional.
Cursó estudios de bachillerato, solfeo, piano, armonía, acompañamiento y música de cámara, hasta conseguir las máximas calificaciones otorgadas por el Real Conservatorio de Madrid. Impartió la docencia, compuso piezas magistrales –algunas de ellas de interpretación obligatoria en concursos internacionales de acordeón- y su música forma parte del imaginario colectivo a través de películas como ‘El Sur’ –obra maestra rodada en La Rioja– o ‘Tasio’
Por desgracia, un accidente segó su vida en Madrid demasiado temprano, el 4 de marzo de 1985, hace 30 años, por lo que dentro de unos días quienes no se acordaron de él por el aniversario de su nacimiento tienen ahora una segunda oportunidad
«Soy abalés de nacimiento, logroñés de residencia y riojano de pura cepa», afirmaba con orgullo.