El 8 de noviembre se cumplen 250 años del nacimiento de Martín Fernández de Navarrete, marino, historiador, político y personaje clave en la consolidación de la identidad riojana. Vio la luz en Ábalos el 8 de noviembre de 1765, donde curso sus primeros estudios, aunque su amor por la navegación le impulsó a enrolarse en la Marina.
Hombre culto y meticuloso, Fernández de Navarrete fue comisionado por el Gobierno para relatar la historia marítima de España, lo que le llevó a descubrir los diarios del primer y del tercer viaje a América de Cristóbal Colón y a publicar reputados ensayos: ‘Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde el fin del siglo XV’, ‘Disertación sobre la historia de la náutica’ y ‘Biblioteca marítima española’. Ministro de Marina con Carlos VI, tras la Guerra de la Independencia ejerció los cargos de secretario de la Academia de San Fernando y director de la Academia de Historia. Alejado de la Armada, don Martín escribió en 1819 una excelente biografía de Miguel de Cervantes, acompañando una edición de ‘Don Quijote de la Mancha’, obra clave para comprender la vida y obra del escritor de Alcalá.
Pero si España, su marina y su cultura le deben mucho, La Rioja está todavía más en deuda con él. Junto a otros prohombres de esta tierra, Navarrete impulsó la creación de la provincia de Logroño y contribuyó a poner las bases de lo que desembocaría en comunidad autónoma a finales del siglo XX.
Sus paisanos deberían haber dedicado una calle de la capital a su memoria, pero no es así. Como tantos y tantos riojanos ilustres, Fernández de Navarrete permanece en el limbo de los justos, mientras personajes nefastos o irrelevantes siguen figurando en el callejero de la ciudad para regocijo del franquismo latente.