El último pleno del Ayuntamiento de Logroño sirvió, entre otras cosas, para reabrir el debate sobre el yacimiento de Valbuena, que duerme el sueño de los justo desde hace ya un lustro. PSOE y Ciudadanos reclamaron al equipo municipal de gobierno que negocie con el Ministerio de Defensa la adquisición o trueque de los dos edificios laterales de Comandancia, para dedicarlos a escuela de música y a centro de interpretación arqueológico, respectivamente.

Desveló entonces el concejal Pedro Sáez Rojo que las conversaciones con el Gobierno de España ya estaban en marcha, por lo que la Corporación respaldó las gestiones con la abstención de Cambia Logroño, que pedía un proyecto de mayor calado. «Se necesita un plan de actuación en Valbuena antes de la compra en sí de los edificios de Comandancia para solucionar, por ejemplo, los problemas de seguridad», afirmó el portavoz, Gonzalo Peña.

Recordemos cómo en la campaña electoral del 2011, que desembocó con el PP en la Alcaldía, prometió Cuca Gamarra a bombo y platillo «musealizar» las excavaciones a través de un yacimiento abierto y emplear los edificios de Defensa –una vez cedidos y rehabilitados– como centro indoor de interpretación. Sin embargo, nada más se ha sabido de Valbuena a no ser por las múltiples plazas de aparcamiento que han brotado sobre la brea.

Si nuestros gerifaltes se les llenan la boca vendiendo Logroño como referente turístico, cultural y patrimonial, no pueden permitirse ahora la insolencia de desaprovechar el acervo que supone Valbuena y toda la zona del Revellín. Hora es ya de enderezar el rumbo y de apostar por una polí- tica integral en materia de historia, cultura y patrimonio, sin parches ni chapuzas como ha ocurrido durante los últimos años.